En medio de la conmemoración de los 100 años del surrealismo, el Museo de Arte Moderno (MAM), realizó el conversatorio “Viva Alberto Gironella, el surrealismo no ha muerto”, aludiendo con el título a una frase que pronunció el escritor y poeta francés André Bretón (1896-1966), cuando en 1964 acudió a ver una exposición de Alberto Gironella (1929-1999) en la Galería Bellechase.
En el encuentro, en el que estuvieron presentes la historiadora del arte Silvia Vázquez, el gestor cultural Mauricio Maillé, el crítico y curador Fernando Gálvez, la psicoanalista Dolores Montilla y Emiliano Gironella Parra, artista e hijo de Alberto Gironella, se manifestó el intento por reivindicar el papel del pintor dentro del surrealismo mexicano.
“No creo que haya país en el mundo que nos gane en artistas que eran surrealistas, yo tuve la fortuna de convivir con uno, pero él era mi padre, así que me toca hablar desde mi postura como hijo, porque a 100 años del surrealismo mi papá no fue incluido en la exposiciones realizadas por recintos como el MAM Museo Nacional de Arte (MUNAL)”, señaló.
La importancia del Surrealismo en México

Créditos: Leslie Pérez
Y agregó “mi padre tenía una locura literaria sin igual, un juego con la ambivalencia y una relación profunda con el alcohol y el surrealismo, quizá estas últimas, su forma de sobrevivir a la confrontación con la vida, lo manifiesto porque el surrealismo hace a los artistas ser víctimas de su convicciones, esas con las que todo el tiempo justificas el mundo que te toca vivir”.
En este sentido, explicó, el surrealismo de su padre le enseño a él a apreciar el arte y para entender a México: “el evento no es sólo una celebración a la obra de mi padre, sino una reivindicación de su lugar en la historia del surrealismo”.
Silvia Vázquez, por otra parte, se remitió a Bretón, en cuyo archivo la obra de Alberto Gironella tenia un papel central
“Cien años después del movimiento surrealista me remonto a Andre Bretón, quien situó a Alberto en el altas de la corriente por considerar que los ensamblajes y obras de Gironella formaron parte del arte mágico de su propio universo”, explicó la también curadora del Centro Vlady, para quien el mexicano tenia la capacidad moral, amorosa y creativa de transformar al mundo.
Y agregó “Gironella logró activar el mecanismo surrealista a través de su obra, en este sentido podría entenderse como automatismo, es decir, como un acto de creación sin intervención”.
El legado de Alberto Gironella se mantiene vigente
En palabras de Vázquez, el artista plástico logró apropiarse de sus sentidos simbólicos, rituales, religiosos y espirituales “en el cuerpo de sus obras se nota la fragilidad de la vida, lo que permite la transfiguracion del paso del tiempo, y con ella la descomposición y la muerte, elementos se convierten en un todo creativo que presenta como una operación mágica“.
Mauricio Maillé, curador del homenaje a Gironella en el Palacio de Bellas Artes, declaró que en el arte del mundo, el nombre de Alberto Gironella ha llegado a ser relegado a pesar de su importancia: "Alberto llega tarde, pero creo que no es una elección en el ámbito estratégico de un artista que está buscando un reconocimiento, sino que es consecuencia de sus obsesiones, en donde va encontrando una serie de simpatías y de congruencias con este movimiento y con estos postulados del surrealismo".
Mientras que Fernando Gálvez y Montilla relataron diversas anécdotas, como la relación de Gironella con Buñuel y la autodefinición del mexicano como surrealista en diversos momentos de su vida; y los cruces entre el pensamiento de Sigmund Freud y los postulados del surrealismo, respectivamente.
Sigue leyendo:
Pasión compartida por la fiesta brava
La Ingrata, esta es la historia detrás del polémico clásico de Café Tacvba
srgc