Por sus esfuerzos constantes y su testimonio viviente de las atrocidades contra la humanidad que simbolizan las bombas atómicas, los sobrevivientes de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, en Japón, fueron galardonados con el Premio Nobel de la Paz.
Agrupados bajo la organización Nihon Hidankyo, los sobrevivientes, también llamados hibakusha y cargados con un fuerte estigma dentro y fuera de su país, ofrecieron testimonios de sus propias vidas para alertar a la humanidad sobre los peligros de las bombas nucleares.
“Estos testigos históricos han ayudado a generar y consolidar una amplia oposición a las armas nucleares en todo el mundo contando sus historias personales, creando campañas educativas basadas en sus propias experiencias y enviando urgentes mensajes en contra de la proliferación y uso de las armas nucleares.
“Los hibakusha nos ayudaron a describir lo indescriptible, a pensar lo impensable y de alguna manera entender el dolor incomprensible y el sufrimiento causado por las armas nucleares”, señaló el Comité Noruego del Nobel en su discurso.
Las víctimas y el “tabú nuclear”
De acuerdo con el comité que concedió el Nobel a los sobrevivientes, una de las grandes aportaciones de su lucha es el llamado “tabú nuclear”, que consiste en recordar una y otra vez el gran dolor y las terribles secuelas del uso de las armas atómicas.
“El Comité Nobel noruego desea reconocer un logro valeroso: no se ha usado ningún arma nuclear en la guerra en cerca de 80 años. Los esfuerzos extraordinarios de Nihon Hidankyo y otros representantes de los hibakusha han contribuido grandemente a establecer el llamado ‘tabú nuclear’”, destaca.
¿Qué son los hibakusha?
Las bombas atómicas que arrasaron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki a finales de la Segunda Guerra Mundial no solo mataron a miles de personas, dejaron heridas a decenas de miles.
Estas personas, además de padecer durante años las secuelas de la exposición a la radiación, fueron estigmatizadas por su propia sociedad como seres hasta cierto punto indeseables. Así nacieron los hibakusha.
“La estigmatización de los sobrevivientes que se dio Hiroshima dio origen a los llamados hibakusha: nadie los contrataba porque se iban a enfermar, nadie se quería casar con ellos porque iban a engendrar niños defectuosos.
“Los que sobreviven a las detonaciones atómicas tienen una probabilidad altísima de padecer varios tipos de cáncer, de tener niños con malformaciones congénitas, algunas de ellas muy drásticas, como niños que no se pueden siquiera reconocer como una persona, lo que se conoce como el ‘bebé deuce’”, señala, en entrevista exclusiva para El Heraldo de México, Carlos Umaña, dos veces ganador del Nobel de la Paz por su trabajo contra la proliferación de armas nucleares.
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