CÚPULA

La presencia femenina en la historia de la museología

Consortes, musas, modelos, promotoras y Artistas, entre otras, han sido fundamentales

CULTURA

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Carmen Gaitán, espacios de equidadCréditos: Especial

Desde la antigüedad, los acervos religiosos del thesaurus privilegiaban por igual las ofrendas para diosas y dioses. A lo largo de la historia de los museos y las colecciones, si bien el protagonismo masculino destacó en los mecenazgos y patrocinios –tanto civiles como eclesiásticos—, no es posible pensar en la historia de la museología sin la presencia de las mujeres. Como consortes, musas, modelos y artistas, su camino recorre los siglos de la estética occidental de una manera ininterrumpida.

Hablar de género en un museo podría sonar reduccionista. En su variopinto universo de tipologías —historia, arte, numismática, ecología y sustentabilidad, etcétera—, son los grandes asuntos del género humano los que se traducen en creación, comunicación y belleza. ¿Cómo dimensionar la estética religiosa sin los pasajes marianos o las hagiografías de las santas cristianas? ¿De qué manera se podría concebir el lenguaje alegórico del barroco y el neoclasicismo sin la amplísima galería de heroínas grecolatinas y bíblicas? ¿En qué sentido permearía el discurso moderno y contemporáneo sin la voz contundente y puntual de artistas como Angelina Beloff, Frida Kahlo, María Izquierdo, Lola Cueto, Ana Mendieta, Paloma Torres, Magali Lara, Teresa Margolles o Betsabeé Romero, entre muchísimas más?

El museo, desde su bastión con compromiso social y cultural en la coordenada del siglo XXI, apuesta por los diálogos incluyentes que resignifiquen su rol fundacional de conservar, investigar, exhibir y divulgar nuestra gran memoria artística… y la memoria no tiene género.

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