Cuando era niño, Miguel Sabido (Ciudad de México, 1937) fue llevado por su padre a bailar a Chalma, en el Estado de México; a La Villa, en la capital mexicana; a Huejotzingo, en Puebla; y a Tizimín, en Yucatán, lugares donde le enseñó que las representaciones indígenas eran una forma de oración y de respeto a Dios.
De acuerdo con el dramaturgo mexicano, junto con su hermana Julia tuvo el privilegio de recibir una doble educación: una como niños indígenas, y otra como niños criollos, siendo la primera, la formación que logró despertar en él un gran interés por el teatro ritual mexicano.
Al hablar sobre las pastorelas el también poeta puntualiza que, en principio, resulta imperante entender que los rituales indígenas no deben ser tocados o modificados, pero sí preservados porque son el origen y la identidad. “Las escenificaciones del nacimiento de Jesús son las representaciones de estos rituales, que por ende generan cohesión y también identidad… nosotros vamos haciéndolas”.
Como ritual mexicano, este género dramático se conforma por la historia, los personajes, el vestuario, las oraciones, la música y otros elementos, que, una vez llevados al escenario, permiten al espectador revivir la tradición.
“Participar en un ritual, ya sea una pastorela, una epifanía o una danza de moros y cristianos, como actor, ayudante o espectador tiene buenas consecuencias en lo individual y en lo colectivo, estas ceremonias son capaces de establecer una política cultural para que sea el propio cuerpo social quien conserve la tradición, entendiendo a la tradición como el núcleo de cualquier identidad”, explicó Sabido.
Para el dramaturgo, los rituales mexicanos acrecientan el índice de cohesión de los grupos sociales, promueven la recuperación y conservación de danzas, cantos, artesanías y otros elementos mexicanos, todos ellos, principios sobre los que están realizadas estas obras de teatro.
El autor de la Pastorela del Panzón Bartolo externó su preocupación por la extinción de los rituales tradicionales mexicanos como los carnavales, la representación de la Pasión de Cristo, la Batalla del Cinco de Mayo, las fiestas patronales, la Candelaria y las pastorelas, por mencionar algunos, compartiendo la posibilidad de crear una dramaturgia propia partiendo “de esos tesoros”. Sabido considera que cada cultura tradicional originaria es un “patrimonio sutil y frágil que no sólo le pertenece a quienes la generaron, sino al mundo”.
“Si recuperamos nuestros rituales y sus articulaciones y los volvemos a vivir con júbilo, los llevamos a nuestra vida diaria y los renovamos con nuestras propias aportaciones, lograremos defender nuestra identidad”, manifestó, quien es autor de Sor Juanita y su abuelo.
Una de las bases más importantes para Miguel Sabido es respetar las pastorelas indígenas y no modificar su carácter teológico, sino “integrar ese tesoro cultural al mundo criollo, en los niveles posibles”.
Sobre sus propias creaciones, el autor compartió que “en 1960 realizó el análisis de la escritura de tres antiguos Cuadernos de Coloquio, de pastorelas populares que compró en los puestos de La Lagunilla, los cuales decidió combinar con otros elementos, dando vida a su propio esquema de dramaturgia”.
El esquema del autor de Tacha, Nacho y cucaracha plantea, en un primer tenor, el saludo al público (cantando o bien en un juego entre dos pastores saludando); la aparición del nacimiento (parte en la que se describen los personajes); la Anunciación, donde los ángeles avisan la llegada del niño Dios; la parte donde Luzbel se entera y no permite que los pastores lleguen a Belén, la primera y segunda caminata de los pastores, la llegada a Belén, la posada, y, finalmente, la despedida del público.
“Todo mi trabajo de rescate de tradiciones y puestas en escena son política cultural que se enfrenta a la visión elitista de las autoridades de cultura del mundo criollo, aun así, mi propuesta es contundente: salvemos al teatro mexicano tradicional que refuerza el tejido social y la identidad”, expresó.
Miguel Sabido es un importante poeta, investigador y dramaturgo mexicano conocido por su aportación al estudio y divulgación de las culturas; nació el 20 de noviembre de 1937; estudió Literatura Dramática en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y su trabajo alcanza la televisión, el teatro y la investigación.
Recientemente, presentó el Museo Digital Miguel Sabido "Los trabajos y los días”, una página virtual que recopila videograbaciones en lengua náhuatl acerca del origen del teatro evangelizador, el teatro político y el teatro catequista; también ofrece una museografía enfocada en el rescate que ha hecho del teatro ritual popular mexicano, así como conversaciones con destacadas personalidades del siglo XX, y las grandes producciones de Teatro de México, compañía de la que es fundador y director.
“Este proyecto es la culminación de mi carrera, tengo el enorme privilegio de haber conservado en video una gran parte de mis puestas en escena, reconstrucciones del teatro náhuatl, lo que permitirá que el público pueda explorar en internet una forma de comunicación completamente diferente; deseo compartir este acervo como parte de un legado que preserve los rituales tradicionales mexicanos para las nuevas generaciones”, compartió Sabido.
PAL