La memoria, el humor y la ficción son la vía que diversas teatreras han utilizado para transmitir un mensaje sobre la importancia de la detección temprana del cáncer de mama, enfermedad que ataca a una de cada 12 mujeres, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología.
Prueba de ello es Ana, personaje principal de Las despedidas de Lucía Gómez-Robledo, quien decidió escribir una obra dedicada a las mujeres diagnosticadas con este padecimiento, así como a las sobrevivientes.
La dramaturga cuestiona qué pasa con la familia, con las intenciones y con las frases paternalistas que afirman que “una mujer puede con todo”, palabras que provienen de la compasión y que, en ocasiones, dijo, logran el efecto contrario.
“Muchas personas me inspiraron para escribir la obra, desde un tatuador colombiano que se especializó en la realización de areolas para pacientes con mastectomía, hasta diversas mujeres con la enfermedad, quienes me expresaron su cansancio respecto al ‘pobreteo’ que reciben durante el proceso”, contó en entrevista.
Verónica Mariaca, en cambio, con el fin de brindar esperanza escribió La varilla del brasier, basada en su experiencia personal, a partir de su mastectomía.
“Todo inició cuando cuando sentí una bolita en el pecho que dolía y que, erróneamente, atribuí a la varilla del brasier, en el momento en que entendí que no era así inició el camino hacia el diagnóstico", expresó la dramaturga.
La detección y las relaciones familiares también son el punto de partida de Blanca Arzola López, quien escribió El renacer de las rosas, una obra basada en sus vivencias, en los cambios en su cuerpo y en la transformación de sus relaciones personales.
Las tres autoras coincidieron en el poder de las artes escénicas para crear empatía y entendimiento sobre el tema. Además, buscan itinerar sus montajes por todo el país.
PAL