Frida Kahlo nació el 6 de julio del año 1907 en la Ciudad de México y se convertiría en una de las pintoras más importantes del país y cuya fama es internacional, pues su trágica vida representada en sus obras cautiva a cualquiera que mira sus pinturas y es que llama la atención, además de la ejecución de sus obras, de su talento y su lucha feminista, la relación amorosa que vivió con Diego Rivera, quien no sólo fue su mentor, sino su gran tormentoso amor.
Rivera tenía una personalidad arrolladora, cautivaba a hombres y mujeres con su elocuencia, su pasión por lo mexicano y desde luego por la ejecución de su obra que culminó en grandes murales que cuentan los pasajes de la Historia de México. Fue así como logró enamorar a una joven Frida que quería ser pintora y a quien conoció cuando ella tenía apenas 15 años y él 35, pero eso no fue un impedimento para que ella se enamorara perdidamente del artista.
Diego y Frida una historia de amor y dolor
Tras el trágico accidente de Frida por el choque de un tranvía, ella decidió buscar a Rivera para que viera sus obras y las valorara, fue ahí cuando el pintor quedó maravillado por el talento de la joven. En ese momento él vivía su segundo matrimonio, así que iniciaron una relación extramarital, hasta que en 1929 se casaron, él tenía 43 años y Frida 22. Su matrimonio estuvo marcado por infidelidades, pues Rivera era un hombre que amaba a las mujeres se decía “muy enamorado” por lo que no tenía reparo en ser infiel, una, otra y otra vez.
Frida toleró todas esas infidelidades, pues sabía que el amor que había entre ellos era más fuerte y pasaba por alto cada vez que Rivera decidía emprender un amorío con otra mujer, sin embargo las cosas cambiaron cuando el autor de obras como "Desnudo con alcatraces" decidió emprender un romance con alguien de lazo consanguíneo a Frida Kahlo.
Una traición familiar empañó el corazón de Frida Kahlo
Entre los hermanos de Frida Kahlo se encontraba Cristina, la menor, con quien tenía una relación muy estrecha, pues fue ella quien hizo el papel de su enfermera tras el accidente que la dejó inmóvil durante años, la asistía, la cuidaba, le ayudaba con las tareas de su casa, era su ama de llaves y cuidadora personal.
Las hermanas, de personalidades antagónicas, tenían una estrecha relación, mientras Frida era un torbellino de ideas e inquietudes, Cristina era sumisa y no sabía muchas cosas, pero su cercanía con los dos artistas, hizo que se volviera su modelo para múltiples obras, especialmente para Rivera quien tenía una fascinación por ella.
En varias ocasiones posó para el mural “Figura del conocimiento”, donde la retrata sin ropa y con simbolismos de feminidad y pureza. La traición se dio en el hogar, donde la pintora descubrió en la cama a Diego con su hermana. Esa infidelidad fue el límite de muchas decepciones vividas por la pintora, quien entonces cambió su idolatría por Diego Rivera y propuso una relación abierta, con lo que ella también podía tener amantes y así cada uno siguió disfrutando la vida.
SIGUE LEYENDO:
Benito Juárez no soportó que Maximiliano fuera más liberal que él, así surgió su enemistad