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“Anfibio Odisea” de Héctor Rojo, un guiño de la poesía a la ciencia ficción. Entrevista

El joven poeta mexicano publica su primer libro, con el que emprende un viaje de exploración del lenguaje

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"Anfibio Odisea" es primer poemario. Fotos: Cortesía Héctor Rojo

A Héctor Rojo (CDMX, 1985) no le gustan los escritores que encuentran un estilo y se quedan con él. Prefiere los autores “que nunca están conformes”, esos que “en cada nuevo libro están contradiciéndose y en desacuerdo con lo que ya hicieron antes”. El también editor y publicista es una de las muchas noveles voces poéticas que están surgiendo en el país.

Formado en Lengua y Literatura en la UAM-I y con una maestría en Literatura Mexicana por la Universidad Veracruzana, cuenta con algunos relatos publicados y con poemas y ensayos aparecidos en Periódico de Poesía, Tierra Adentro y Nexos. En la colección Bajo cero, del sello independiente Nieve de Chamoy (fundado por Mónica Braun), Rojo publica su primer poemario “Anfibio Odisea”, con el que emprende un viaje que galantea con la ciencia ficción.     

Compuesto de tres partes, el poema largo cuenta la travesía —nunca como narrativa líneal— de dos amantes: una especie de Ulises cósmico y Radería, quienes se desplazan en el tiempo y el espacio al tiempo que evolucionan y reinventan el mundo. Para el autor, son el pretexto para hablar sobre el significado de la existencia en la Tierra, de la transformación, del viaje y amor y, sobre todo, son la posibilidad de explorar el lenguaje.

Héctor Rojo

¿Cuándo surge “Anfibio Odisea”?

“En un momento en el que me sentí insatisfecho con la manera con la que me estaba relacionando con la literatura. Estaba terminando la maestría, escribía y había publicado “cositas” en revistas; de pronto me sentí muy insatisfecho con lo que estaba escribiendo, con esta relación académica con la literatura, estaba estudiando a José Carlos Becerra y tuve una pequeña crisis en mi relación con la literatura. Pensé muchas cosas y, entre ellas, que tenía que escribir de otra manera: ya tenía varios poemas que pensaba juntar en un libro, pero al final los abandoné en una computadora vieja”.

¿Cómo fue naciendo el poemario?

“Empecé a escribir los textos y la verdad no tenía mucha idea si iban a formar un mismo libro. Había un germen: la idea del viaje, de una pareja de enamorados que salen de casa y andan por distintos lugares juntos, eso es lo que tenía en la cabeza cuando empecé a escribir los primeros poemas, pero hubo un momento en el que me dí cuenta que mis poemas podían tener un hilo narrativo sin que fuera lo principal”.

“Empecé a escribir intentando una especie de progresión en cada poema, que es más bien psicológica o emocional: el cambio de personalidad de los personajes, de la voz principal y la otra voz que de repente se escucha, que es la de Radería. Más que contar los detalles de los lugares o las cosas que hacen, aunque aparecen algunas, lo que me interesaba es que fueran progresando hacia una especie de madurez psicológica en la relación; aunque también es una relación que va hacía un desencanto mayor, pero no sólo es melodrama y tristeza, sino que también se abren posibilidades”.

¿Por qué lo titulas “Anfibio Odisea”?

“Originalmente, anfibio es dos vidas, pero el nombre surge cuando estoy escribiendo la segunda parte (cronológicamente es la segunda, pero en el libro es la tercera) Sueños en bruto, es cuando decido que este viaje, que inicia como en un pueblo de México, termine en el espacio. Pensé en dar ese giro porque me daba posibilidad de inventar y no sólo atenerme a cuestiones realistas sino a liberar un poco la imaginación. De ahí surgió, porque es un viaje que se desarrolla en la Tierra, pero también en el universo”.

¿De dónde proviene el guiño con la ciencia ficción?

“Surge de lecturas de ese momento, de películas. Nunca había sido un gran lector de ciencia ficción, pero encontré justo en ella que había mucho potencial para tratar temas muy humanos y muy actuales a pesar de estar hablando de otras épocas y de otros espacios, me permitió tratar estas preocupaciones con otra lente. Algo que me animó a llevar este viaje fuera del planeta Tierra es que me permitía disparar la imaginación y también el estilo fue progresando: empezó a ser un poco más irracional, como rompiendo ciertos hilos lógicos en el discurso y me pareció que llevar el contexto al terreno de la ciencia ficción, aunque nunca lo pensé como futurista, me permitía liberar también el lenguaje, el léxico, la gramática y hablar un poco desde lo irracional, desde lo imposible”.

¿De qué voces poéticas has bebido para crear tu propia voz?

“El único poeta que aparece en el libro nombrado es César Vallejo aunque hay muchas más lecturas detrás. Los que me movían a hacer este ejercicio eran Vallejo, Gonzalo Rojas, José Carlos Becerra, por el largo aliento de sus textos, pero también porque buscaban nuevas formas de hacerlo, incluso contra su propio estilo que parecía que ya tenían definido, parece que en cada nuevo libro están contradiciéndose o están en desacuerdo con lo que ya hicieron antes. Eso me gusta de estos poetas: que nunca están conformes, de pronto hay algunos escritores que encuentran un estilo que gusta, con el que tienen alguna resonancia y se casan con él. A los tres los leía mucho cuando empecé a escribir “Anfibio Odisea” y a los tres los apreció mucho por su inconformidad con su propia obra, pareciera que acaban de escribir algo y ya están inconformes con su propia obra”.  

¿Qué te llevó a la poesía?

“Tengo muy claro cuando quise escribir, fue en algún momento de la secundaria: mi papá me prestó “Cien años de soledad” y me fascinó, había leído otras cosas que me gustaban, pero con ese libro pensé: ‘yo quiero hacer esto’. En aquel momento conocía algo de poesía, pero llegó naturalmente: empecé a escribir, acudí a un taller, donde aprendí algunos rudimentos de la escritura, después estudié literatura e intentaba extraer de los poetas que me gustaban sus modos, sus hallazgos. Fue muy natural”.

¿Qué viene después de este primer libro?

“Por ahora estoy trabajando en dos series de poemas, no sé si cada uno podrá ser un libro o si los dos juntos puedan dar para un libro. También me aventure este año a escribir una novela, pero todavía faltan no sé cuántos años de corrección”.

 

Fragmento de “Anfibio Odisea”, publicado con autorización de Nieve de Chamoy

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