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2021: Un año de cine para todas las películas

Ante la escasa presencia de blockbusters, películas en un limbo de exhibición hallaron un público feliz

2021: Un año de cine para todas las películas
Ante la escasa presencia de blockbusters, películas en un limbo de exhibición hallaron un público feliz. Foto: Especial Foto: Especial

Entre cubrebocas y palomitas

Tras una fatídica jornada invernal bajo la sombra de la COVID-19, en la cual la cinefilia se mantuvo alejada de las salas de cine de forma obligatoria para cerrar el año 2020, éstas reabrieron sus puertas a principios del mes de marzo. Tímidamente, los escasos asistentes disfrutaron de salas semivacías bajo estrictas medidas de seguridad. Todo un protocolo que los cinéfilos nunca nos imaginamos; pero por la experiencia de la gran pantalla, siempre uno está dispuesto.

El miedo inicial fue dando paso a una variada oferta de buen cine para que 2021 fuese memorable. Ante la escasa presencia de los grandes blockbusters de Hollywood, películas en un limbo de exhibición, desde que la pandemia nos encerró, no sólo ¿ encontraron salas disponibles para presentarse, también hallaron un público feliz de regresar al cine y encontrar algo más allá de las convenciones del comercial.

La forja de un cine nuevo

En una película como Malcolm y Marie (Estados Unidos, 2021), dirigida por Sam Levinson, pudo apreciarse la forma en la cual el confinamiento fue dando un nuevo rostro a la expresión cinematográfica: dos actores solamente, una sola locación y un relato acerca de la implosión de una joven pareja. Una propuesta fílmica ideal, viable para un equipo de filmación reducido y una producción modesta alrededor de un relato impecable. Su fotografía en un contrastado blanco y negro incrementa aún más la tensión dramática del asunto.

Mientras que el filme A un click de distancia (Estados Unidos, 2021) de la cineasta Natalie Morales, narra la amistad entre una maestra de español y un alumno estadunidense que se desarrolla a través de encuentros por Zoom, herramienta básica para nuestras labores en este pandémico mundo que nos acerca y aleja a la vez.

Las cineastas arriba

En 2021, dos de los premios más importantes de la industria fílmica recayeron en mujeres cineastas. El Oscar de Hollywood a la mejor película y dirección fueron para Chloé Zhao y su Nomadland (2020), sorprendente retrato del rostro más áspero de la realidad estadunidense a través del movimiento perpetuo de una insumisa protagonista magistralmente encarnada por Frances McDormand.

Por su parte, la Palma de Oro de Cannes fue para la directora Julia Ducournau, autora de Titane (2021), fascinante reflexión sobre un violento mundo moderno en el cual las máquinas y los hombres se fusionan y las identidades sexuales son cosa del pasado. Desde el Reino Unido, Emerald Fennell apuntó con Hermosa venganza (2002) una reflexión, tan dolorosa como impactante, acerca de las consecuencias de la violencia desatada hacia las mujeres del mundo entero. El documental Sé natural: la vida de Alice Guy-Blaché (2018), de Pamela B. Green, recordó con emotividad los tiempos de la cineasta titular, pionera del cine hecho por mujeres en la historia del arte fílmico y a quien las convenciones de género de su tiempo le impidieron continuar con su carrera.

Los maestros, presentes

Pedro Almodóvar demostró que también en corto es uno de los grandes autores del cine mundial con La voz humana (2020), fascinante reelaboración del clásico monólogo de Cocteau, en el cual el director manchego le da la espalda al desgarre emocional del original para orquestar un acto de liberación, en complicidad con la siempre camaleónica Tilda Swinton. Justo ella es protagonista de otro filme notable, Memoria (2021) del tailandés Apichatpong Weerasethakul; más que un filme narrativo, se trata de una experiencia sensorial en la cual el espectador se ve forzado a reflexionar acerca de su percepción del mundo.

Por su parte, las entregas a domicilio son vistas como una nueva forma de esclavitud por el maestro inglés Ken Loach en su cinta Lazos de familia (2019), un nuevo capítulo en su retrato sin cortapisas de la supervivencia de la clase obrera de su país. El italiano Paolo Sorrentino deja fluir sus recuerdos de juventud, su amor por Nápoles y el inicio de su romance con el cine en Fue la mano de Dios (2021), mientras que Steven Spielberg con su relectura del musical Amor sin barreras (2021) plantea con un pesimismo feroz el racismo en los Estados Unidos y la fuerza de la juventud como la única posibilidad de salvar al mundo. Finalmente, Peter Jackson, con su monumental documental Get Back (2021), demostró que los Beatles están más presentes que nunca.

De México para el mundo

La pesadilla de la violencia social, de la falta de oportunidades, del dolor de las madres de los desaparecidos fueron los temas dominantes en el cine mexicano del 2021. Nadie está a salvo, ni las jóvenes protagonistas de Noche de fuego (Tatiana Huezo, 2021), ni la madre doliente de Sin señas particulares (Fernanda Valadez, 2020); literalmente, el diablo está en todas partes. 

Sólo nos queda encontrar las raíces de la corrupción imperante en Una película de policías (Alonso Ruizpalacios, 2021), fascinante juego con la naturaleza misma de la ficción fílmica, o apostar por la empatía y el reconocimiento del otro, como lo hacen los muy disímbolos protagonistas de Cosas imposibles (2021), de Ernesto Contreras, esperando que una nueva generación que crece en medio de una soledad atenuada por medio de la fantasía, como lo hacen los pequeños protagonistas de Los lobos (2021) de Samuel Kishi, encuentren la salida hacia el futuro.

Epílogo

Este texto nunca pretendió ser un recuento del año que se va; son tan sólo un puñado de consideraciones alrededor de un 2021 que parte dejándonos ante un futuro incierto. La COVID-19 se va adentrando cada vez más en nuestras vidas y el cine sigue ahí. Nos vamos acostumbrando cada vez más a un mundo en el cual también cada pérdida nos hace sentir una orfandad tremenda: Felipe Cazals, Isela Vega, Vicente Rojo, Patricio Castillo, Rosita Quintana, Alfonso Zayas, Carmen Salinas, Vicente Fernández, Mario Lavista, Enrique Rocha, Lucía Guilmáin, entre tantos otros. Pero el cine es mejor que la vida. Así que a seguir viviendo.

POR JOSÉ ANTONIO VALDÉS PEÑA

MAAZ

 

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