CÚPULA

Shakespeare es mexicano porque...

De Luis Mario Moncada. Dirección: Roxana Silbert, con la dirección de remontaje de Andrés Weissse y con el elenco estable de la Compañía Nacional de Teatro, se presenta en el Teatro Julio Catillo del Centro Cultural del Bosque del INBAL, hasta el 31 de octubre

CULTURA

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ESCENA. “Códice Ténoch”. Foto: José Jorge Carreón/CNT. INBAL.Créditos: Foto: José Jorge Carreón/CNT. INBAL.

Shakespeare es mexicano porque a través suyo hablamos de nuestros asuntos: recuerdo que Julio César fue el primer montaje que, en 1994, expresó teatralmente el sentimiento colectivo hacia el asesinato del entonces candidato oficial a la presidencia, Luis Donaldo Colosio. Peculiarmente, la puesta en escena que narra el complot que dio muerte al César surgió en la misma ciudad fronteriza donde el candidato había sido acribillado.

Shakespeare es mexicano porque habla nuestro idioma, y no me refiero al español, sino al que habita en las entrañas marginales del país: no hace mucho que, para hablar de los problemas internos de su co-munidad, el taller teatral de una escuela rural michoacana presentó una versión purépecha de Romeo y Julieta. El purépecha es uno de los idiomas más musicales que se puedan escuchar, y lo que se lograba con los versos shakesperianos era realmente conmovedor.

Shakespeare es mexicano porque habita en nuestros rincones urbanos: otro de los montajes que vie-nen recurrentemente a mi memoria es un Otelo escenificado en las vecindades de la ciudad de México, hace más de 30 años. Las vecindades constituyen la edificación para viviendas más antigua y popular del país, inspiradas tal vez en las propias casas mexicas, son construcciones con una entrada principal por la que se pasa inmediatamente a un patio central alargado y angosto que muestra en sus costados, disemi-nadas, las puertas de cada domicilio. En aquel entonces, un grupo teatral viajaba de vecindad en vecindad mostrando la historia de un hombre (Otelo) que, al ser nombrado administrador del condominio, causa la rabia de otro inquilino que se creía merecedor del puesto, así que pone en juego toda su capacidad de in-triga para envenenar el alma del buen hombre. La representación ocurría en el patio comunitario de la vecindad, con los vecinos reales entrando y saliendo libremente como si fuesen parte de la ficción. La es-cena final era increíble: durante una fiesta que han organizado y que dará pie al exabrupto final de Otelo, los actores tocaban las puertas y sacaban a bailar a los vecinos. Así, mientras Desdémona se desangraba, en el patio sonaba un sabroso danzón.

RECREACIÓN. “Códice Ténoch”. Foto: José Jorge Carreón/CNT. INBAL.

En mi particular experiencia cuando escribía Códice Ténoch, Shakespeare demostró su mexicanidad al hacerme ver ciertos rasgos de carácter que se ocultaban en los códices antiguos. A través de su aguda observación del alma y de su siempre eficaz estructura dramática, pude encontrar a los personajes que animan esta historia antigua, y que el público podrá ver todavía una semana más en el teatro Julio Castillo.

Y por si quedara alguna duda, Shakespeare es mexicano porque en mi país no hay un autor más popu-lar, no hay uno que haya sido más veces escenificado en los últimos años o décadas. Ahora mismo, lo pue-den comprobar, coinciden en la cartelera de la ciudad de México una versión lúdica de Adrián Vázquez titu-lada Algo de un tal Shakespeare, mientras en otro teatro se utiliza a uno de sus personajes para dar título a Julieta tiene la culpa, de Bárbara Colio, y en el Cenart se presenta El cuerpo de Mercutio, basado en otro gran personaje shakespereano. La misma Compañía Nacional de Teatro tiene un montaje de Romeo y Julieta en clave policiaca, y la lista se va haciendo larga y más larga…

Es curioso, pero a pesar de que el nombre de México es mencionado por Shakespeare una sola vez –si no me equivoco en El mercader de Venecia–, en México se ve y se escucha tanto Shakespeare que –podría apostar–, “ser o no ser” suena más convincente que “to be or not to be”.

*El presente texto fue publicado en The Guardian, Reino Unido, en julio del 2012.

CONFRONTACIÓN. “Códice Ténoch”. Foto: José Jorge Carreón/CNT. INBAL

Por Luis Mario Moncada

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