Uno de los primeros bises, por demás formidable, en el Teatro del Palacio de Bellas Artes aconteció en 1936 durante una representación de la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini, que cantaban las sopranos Mercedes Caraza, Carmen Ruiz Esparza, el tenor José Pulido y el barítono Manuel Romero Malpica. Tal fue el éxito que el cuarteto del tercer acto tuvo que ser repetido íntegramente.
Durante la representación de El Trovador en 1938, el tenor español Jesús de Gaviria hubo de repetir al aria “Di quella pira”. En la misma temporada, que era la de la Cincinnati Opera Company que visitaba el Palacio de Bellas Artes, sucedieron dobles bises en una función de la ópera Carmen: el tenor Sidney Rayner con el aria de la flor y la soprano Raquel Saucedo con el aria de Micaela.
Aria de la locura
Julieta Muiron, soprano que cantaba con mucho éxito en la radio mexicana, hizo su presentación en 1939 con Lucia di Lammermoor, en donde fue calurosamente aplaudida, teniendo que repetir el aria de la locura. Dos años después, el tenor Kurt Baum debutó en nuestro país cantando el papel de Don José en la Carmen, de Bizet, tributándosele luego del aria de la flor una ovación delirante, por lo que tuvo que repetirla; a su vez, en 1944, el tenor Bruno Landi se vio obligado a bisar “Una furtiva lágrima”.
En 1948, el tenor que fuera el consentido de México, Giuseppe Di Stefano hizo su presentación con tres funciones de Rigoletto acompañado en el reparto por Giuseppe Valdengo y Nadine Conner, funciones en las que el debutante tuvo que repetir “La donna è mobile”. En la misma temporada volvió a bisar el “Sueño” en las tres representaciones de Manon de Massenet y, un año después, Pippo, como se le decía cariñosamente a Di Stefano, repitió sus arias en la ópera Mignon, de Ambroise Thomas.
Elíxir de amor
En la Temporada Internacional 1950, el barítono estadounidense Robert Weede tuvo un éxito enorme al interpretar el Prólogo de la ópera Payasos, teniendo que repetir desde “E voi, piuttosto…”.
El tenor italiano Cesare Valletti participó en varios títulos durante la Temporada Internacional 1951, siendo el primero El elíxir de amor. Tal fue el éxito de su interpretación que tuvo que repetir tres veces “Una furtiva lagrima”. Valletti se despidió del público mexicano cantando, en italiano, Werther de Massenet en donde bisó “¡Ah!, non mi ridestar…”.
Furtiva lagrima
El barítono Robert Merrill hizo las delicias del público con su interpretación de Fígaro en El barbero de Sevilla, en 1953, repitiendo “Largo al factotum” y, en 1956, el tenor mexicano Paulino Saharrea bisó también “Una furtiva lagrima…”.
En 1957, antes de la representación de Tosca se anunció por altavoz que el tenor Giuseppe Di Stefano se encontraba indispuesto y pedía la tolerancia del público, armándose un escándalo creyendo el público que no cantaría. Tuvo que salir al escenario Irma González –que hacía Tosca– a decir que Pippo solamente pedía disculpas anticipadas por no encontrarse en plenitud. Di Stefano se olvidó de su supuesta enfermedad y ante el delirio del público repitió “E lucevan le stelle”.
En 1958, la soprano Lupita Pérez Arias bisó “O mio babbino caro” y en esa misma temporada de la Academia de la Ópera, en una función de Tosca, sucedieron dos encores: Rosa Rimoch lo hizo en “Vissi d’arte” y el tenor Julio Julián en “E lucevan le stelle”, hazaña que ambos repitieron en la Temporada Nacional de 1964.
Plácido Domingo
En febrero de 1962, después de haber cantado el papel de Mario Cavaradossi para Juventudes Musicales un año antes, Plácido Domingo se presentó ante el público de Ópera Nacional con este rol, alcanzando un auténtico triunfo, por lo que tuvo que bisar “E lucevan le stelle”. El mismo año y con la misma ópera, pero en la Temporada Internacional, el tenor Gianni Raimondi, que debutaba en la Ciudad de México, luego de haber cantado en Monterrey, causó tan buena impresión que tuvo que repetir “Recondita armonia” y naturalmente después “E lucevan le stelle”.
En 1964, Di Stefano tuvo que repetir su romanza en Werther y semanas después lo harían en Tosca la soprano catalana Montserrat Caballé con “Vissi d’arte” y Pippo con “E lucevan le stelle”, siendo esta, por cierto, la última actuación de Di Stefano en una representación operística en México. Otra vez en Tosca, pero ahora en la Temporada 1965, Plácido Domingo bisó ante la insistencia del público “E lucevan le stelle”, en una función en la que el joven tenor estuvo acompañado por la legendaria Irma González.
“Vesti la giubba”
Es hasta 1972 que tuvo lugar otro bis operístico en el Palacio de Bellas Artes: el del tenor David Portilla, quien, ante una inmensa ovación, bisó “Vesti la giubba” de Payasos, como haría en 1973 con el aria “Nessun dorma”, de Turandot.
Alfonso Navarrete bisó “E lucevan le stelle”, que emotivamente interpretó en 1981, y Alfredo Portilla en el año 2000 “Di quella pira”, de El Trovador, durante una función en homenaje a su padre, el tenor David Portilla.
Hay que consignar aquí los encores otorgados por el tenor Ramón Vargas, siendo el primero en 1992 en El elíxir de amor, donde naturalmente bisó “Una furtiva lágrima” y lo mismo en 1995 en la misma ópera. Ese mismo año otorgó un bis –“Spirto gentil…”– en La Favorita de Donizetti y, en 2004 , nuevamente “Furtiva lágrima…”.
La hija del regimiento
Con apenas un año de carrera artística, Javier Camarena hizo su primer bis en 2005 con el aria “Ah! mes amis…”, de La hija del regimiento, hazaña que ha llevado a cabo en el MET de Nueva York, el Teatro Real de Madrid, el Gran Teatro del Liceu, el Covent Garden de Londres, en Las Palmas de Gran Canaria y en el Festival de Salzburgo.
Regresando al Teatro del Palacio de Bellas Artes, apuntamos el bis de Javier Camarena, en 2012, en El barbero de Sevilla con el aria “Cessa di più resistere…”, y en este 2020 en las dos funciones de La hija del regimiento repitió la emblemática aria de Tonio; a su vez, la soprano Rebeca Olvera, luego de una maravillosa interpretación de “Il faut partir…”, fue obligada por el público a repetirla en la función dominical.
*En un concierto o en un espectáculo teatral, pieza o fragmento, repetición de algo interpretado antes, que se ofrece fuera de programa para responder a los aplausos o a la petición del público.
Por Octavio Sosa