Desde la época prehispánica, el tomate rojo es uno de los frutos más consumidos en México. Su versatilidad y la facilidad de su cultivo en la milpa lo hacen uno de los pilares en la alimentación nacional.
Su consumo está difundido en todo el país, sin embargo, no en todos lados es conocido con el mismo nombre: mientras en el centro y sur de México es comúnmente llamado jitomate, en el norte, así como en el resto del mundo, es conocido como tomate.
Recientemente, un comentario en un video donde se ve a un mesero servir un jitomate en un restaurante de alta gama abrió de nuevo el debate acerca del nombre de este popular alimento en ciertas regiones del país.
¿De dónde proviene la palabra jitomate?
De acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española, el nombre oficial del fruto de la planta Lycopersicum esculentum L., es tomate, y se refiere principalmente a la variedad roja, aunque también puede incluir a la verde, la cual es una planta totalmente distinta, llamada Physalis ixocarpa.
Las palabras tomate y jitomate tienen origen náhuatl. La primera viene del vocablo tomatl, formado por las palabras tomohuac, que significa fruto, y atl, por lo que su significado es, literalmente, fruto de agua.
En el caso del jitomate, su palabra raíz xictomatli, reúne los vocablos xictli, que significa ombligo, tomahuac, fruta, y atl, que significa agua. Su traducción literal sería ombligo de fruta de agua.
Según distintos historiadores, se cree que el xictomatli o el tomate rojo más común en la época prehispánica debió ser el bola, aunque en la actualidad en México se producen decenas de variedades, entre las que destacan el saladet o el cherry.
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