En una sociedad que celebra la hiperproductividad, hay un hábito elegido por muchas personas con inteligencia emocional y que ofrece un respiro. Esta práctica elimina las expectativas de perfección y transforma las tareas cotidianas en momentos de desconexión y atención plena. Nos referimos al puttering o “vaguear con intención”, invitación a desacelerar y reconectar con actividades simples.
El puttering se ha convertido en un hábito cotidiano que no solo fomenta la relajación, sino que también mejora la creatividad y la salud emocional. En ese sentido, las personas con mayor inteligencia emocional apuestan a esta técnica que consiste en realizar pequeñas tareas sin prisa ni presión, disfrutando del proceso más que del resultado. Personas como Jeff Bezos o Stephen King han destacado esta práctica como parte de su rutina diaria para encontrar un equilibrio entre productividad y calma.
Beneficios de practicar el puttering
El hogar y la jardinería, por ejemplo, son dos actividades donde el puttering funciona muy bien y elegido por quienes poseen una mayor inteligencia emocional. Dedicar tiempo a organizar espacios o cuidar plantas no solo mejora el entorno, sino que tiene un impacto positivo en el bienestar emocional. Asimismo, se puede llevar a cabo en la cocina o las manualidades, puesto que permiten expresar creatividad sin presiones. Desde hornear un pastel hasta pintar un cuadro, el enfoque relajado transforma estas actividades en momentos de disfrute y desconexión.
Es importante mencionar que la realización de tareas ligeras sin objetivos inmediatos permite al cerebro entrar en un estado de relajación. Diversos estudios han demostrado que este tipo de actividades reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, favoreciendo el bienestar psicológico. Además, crear espacios para desconectar ayuda a evitar el agotamiento emocional y físico provocado por las demandas constantes de la vida moderna.
Este hábito adquirido por las personas con mayor inteligencia emocional permite que cuando la mente no está ocupada con tareas complejas, se activa su capacidad para divagar y conectar ideas. Este estado, conocido como “red en modo por defecto”, permite que surjan soluciones innovadoras y pensamientos profundos. Psicólogos destacan que actividades como ordenar la casa o cuidar plantas fomentan este proceso creativo, haciéndolo ideal para quienes buscan inspiración.