En un hallazgo que ha capturado la atención del mundo científico, paleontólogos han redescubierto un dinosaurio perdido hace más de un siglo en Egipto. Todo esto gracias a la revisión de archivos históricos y fotografías olvidadas, en uno de los acontecimientos más insólitos en la comunidad investigadora de estos grandes saurópodos.
Se trata del Tameryraptor markgrafi, un depredador de 10 metros de largo que habitó el norte de África hace aproximadamente 95 millones de años, en pleno periodo Cretácico, una de las eras más interesantes del mundo de los dinosaurios y que ha generado gran controversia.
La historia de este redescubrimiento comienza en el siglo XX, cuando el paleontólogo alemán Ernst Stromer von Reichenbach lideró una expedición al Oasis de Bahariya, en Egipto. Stromer halló restos parciales de un dinosaurio carnívoro que incluían fragmentos del cráneo, vértebras y dientes.
¿Qué tipo de dinosaurio encontraron en Egipto?
Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial truncó el destino de estos fósiles, que fueron destruidos durante un bombardeo sobre Múnich en 1944, donde se encontraban almacenados. A pesar de la pérdida, las descripciones y bocetos de Stromer se conservaron, permitiendo a futuras generaciones mantener viva la memoria de este hallazgo.
Por décadas, los restos fueron considerados parte del Carcharodontosaurus saharicus, hasta que una reciente investigación realizada por M. Kellermann, pulicada en "Dinosauria: Theropoda" y recopilada por Christian Pérez para la revista de investigacón "Muy Interesante", se reveló una serie de fotografías inéditas del fósil antes de su destrucción.Estas imágenes, comparadas con descubrimientos recientes en Marruecos, mostraron que los restos pertenecían a una especie distinta.
El Tameryraptor markgrafi se distingue por un prominente cuerno nasal y dientes simétricos, características que lo diferencian de otros carcharodontosaurios conocidos. El nombre de esta nueva especie hace honor a su origen y descubridores: "Tamery", se refiere al nombre antiguo de Egipto, que significa "la tierra del río", y "markgrafi" reconoce a Richard Markgraf, colaborador de Stromer en la expedición original.
El estudio del Tameryraptor markgrafi proporciona una nueva perspectiva sobre la fauna del Cretácico en África. Los científicos han determinado que este dinosaurio comparte lazos evolutivos con otros carcharodontosaurios del norte de África, Sudamérica y Asia. Esto sugiere una mayor diversidad de depredadores durante la era de Gondwana, cuando los continentes estaban más conectados.
Este redescubrimiento de esta especie resalta la importancia de preservar registros científicos. Aunque el fósil original se perdió, la combinación de dibujos, notas y fotografías ha permitido reconstruir su historia. Además, este suceso subraya la necesidad de futuras excavaciones en el Oasis de Bahariya, una región que aún podría contener valiosos restos de la fauna prehistórica.
La historia del Tameryraptor markgrafi es un recordatorio del poder de la ciencia para recuperar el pasado. Desde su descubrimiento inicial, pasando por la tragedia de su pérdida, hasta su resurgimiento en el siglo XXI, este dinosaurio es un testimonio de la resiliencia del conocimiento y la colaboración científica a lo largo del tiempo.
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