El mercado de los autos de lujo es uno de los más impresionantes dentro del sector automotriz, esto por a la exclusividad e increíble estética de los modelos de marcas como Ferrari y Lamborghini. Si bien el sueño de muchas personas es adquirir uno de estos automóviles, este círculo tan cerrado en el mercado se enfrenta a un problema que pocas veces es analizado por el público en general.
El sobreprecio es un problema que afecta a la mayoría de segmentos en el mercado, pues por causa de preferencias o tendencias algunos objetivos pueden subir su valor rápidamente, en los automóviles, puede hacerse más notorio a diferencia de algunos productos a causa costo en general, pero cuando se trata de un aumento significativo el segmento de autos de lujos, las cosas se vuelven literalmente increíbles.
Esta situación quedó en evidencia gracias a un caso en específico que gano notoriedad en redes sociales, la historia de Carl Hartley, un reconocido influecer especializado en autos de lujo del Reino Unido, indignó a todos sus seguidores, debido a que el creador de contenido compartió su historia con una de las marcas más exclusivas.
¿Bugatti vende a sobreprecio?
Durante el podcast de Rob Moore, un reconocido influencer británico Carl Hartley se sinceró respecto a su experiencia con Bugatti, precisamente la vivencia que tuvo al momento de intentar revender un Bugatti Veyron, modelo con un costo de aproximadamente 3 millones de dólares.
Carl llevaba cuatro años con el automóvil, al momento de decidir revenderlo, buscó asegurarse de que todo funcionara correctamente, esto lo llevó a descubrir un ligero desperfecto con la unidad, pues uno de los botones para que controlaba los espejos presentaba un movimiento irregular.
El influencer cotizó este problema en el centro de servicio especializado de Bugatti, quienes le entregaron un presupuesto de aproximadamente 11 mil dólares, una cifra ridícula incluso para tratarse de un carro de lujo. Hartley preguntó a la marca sobre el motivo de un precio tan exorbitante por un simple botón. Le respondieron que la reparación implicaba reemplazar el motor que acciona el espejo y casi toda la puerta.
El valor de real de la pieza en concreto oscilaba prácticamente en los centavos
Ante esta problemática, Carl Hartley, recurrió a un mecánico de confianza completamente ajeno a la marca. Sorprendentemente, el experto automotriz terminó por cobrarle a 1.30 dólares, menos de 22 pesos mexicanos, además de solucionar la falla en menos de 25 minutos,
"No fue fácil, la autoparte, tuve que comprar cinco porque venían en empaques de cinco (...) y me tomó 25 minutos. Me debes una cerveza", fueron las palabras que el mecánico le dijo al dueño del Bugatti
El valor de real de la pieza en concreto oscilaba prácticamente en los centavos y si bien la mano de obra y el tiempo invertido fue poco, el mecánico de confianza de Hartley terminó por evidenciar una práctica común que realmente es poco abordada en el mercado de automóviles de lujos.
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