Los perros que viven en la calle enfrentan situaciones muy complicadas y violentas que sólo merman su calidad de vida y aunque siempre está la opción de adoptar algún lomito solitario, muchas personas prefieren comprar cachorros en lugar de brindar esta ayuda. Es por ello que el Ayuntamiento de Pristina, capital de la República de Kosovo, ha anunciado un programa que le dará un incentivo económico a las y los ciudadanos que adopten perros sin hogar.
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El apoyo económico para adoptar a un perrito de la calle
De acuerdo con medios internacionales, este es un innovador esfuerzo que busca abordar el problema de los perros callejeros de forma "humanitaria"; por ello, las personas que decidan acoger a un lomito sin hogar recibirán 50 euros mensuales por cada perro adoptado, siempre y cuando continúen cuidando del animal hasta el final de su vida. La iniciativa busca no solo mejorar la vida de las y los perros callejeros, sino también reducir los costos asociados a su mantenimiento en los refugios y en las calles.
Por su parte, el alcalde de Pristina, Perparim Rama, ha sido el principal promotor de este proyecto ya que considera una solución humanitaria para un problema que ha afectado a la ciudad durante años. Según declaraciones recogidas por el portal local "Express", Rama enfatizó que el plan se mantendrá activo "hasta que eliminemos de nuestras calles y los espacios públicos el mayor número posible de perros callejeros".
Y es que la problemática de los perros callejeros en Pristina es considerable debido a que la población canina sin dueño que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Estos animales, además de enfrentarse a condiciones desgarradoras, a menudo se convierten en un desafío para la salud pública y la seguridad de las y los ciudadanos, por lo que la nueva medida del Ayuntamiento busca mitigar estos problemas a través de métodos éticos y sostenibles.
Una solución radical para un problema persistente
El incentivo económico de 50 euros al mes está diseñado para alentar a los ciudadanos a participar activamente en la adopción de perros, ya que ésta ayuda financiera se destinará a cubrir parte de los costos de alimentación, atención veterinaria y otros cuidados necesarios para los animales adoptados. De la misma forma se espera que al reducir la cantidad de perros en los refugios, el Ayuntamiento también pueda disminuir los gastos operativos asociados a estos centros.
"Todos los perros de los centros pueden ser adoptados", subrayó Rama, destacando que esta medida no solo alivia la carga de los refugios, sino que también promueve la integración de estos animales en hogares donde recibirán el cuidado y el amor necesarios, por lo que esta política ha sido descrita como un paso crucial hacia la mejora del bienestar animal en Pristina.
Por su parte, la respuesta de la comunidad ha sido mixta hasta ahora, ya que mientras algunas personas aplauden la iniciativa, otros expresan preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo del programa y la responsabilidad que implica adoptar un animal. Sin embargo, las autoridades locales confían en que el incentivo económico servirá como motivación suficiente para que más personas consideren la adopción.
De la misma forma, para asegurar el éxito del programa el Ayuntamiento de Pristina ha establecido una serie de controles y requisitos para las y los adoptantes, éstos incluyen visitas regulares de inspección por parte de funcionarios municipales para garantizar que los lomitos reciban un cuidado adecuado. Además, se proporcionarán recursos educativos a los nuevos dueños sobre el cuidado de las y los perros, con el fin de fomentar una adopción responsable y sostenible.
Esta estrategia de incentivar la adopción de perros callejeros no es exclusiva de Pristina. Otros países y ciudades han implementado programas similares con resultados positivos. En América Latina, ciudades como Buenos Aires y Santiago de Chile también han adoptado medidas innovadoras para promover la adopción de animales callejeros. Estos programas a menudo incluyen incentivos económicos, campañas de esterilización y esfuerzos de educación comunitaria, todos diseñados para crear un entorno más amigable y seguro tanto para los animales como para las y los humanos.