El pasado viernes la trama que se desarrollaba alrededor de la familia Real, todas esas teorías de conspiración y los rumores de un posible divorcio fueron echadas por tierra cuando la propia Kate reaparece en redes sociales con un discurso -escrito por ella misma- que conmovió al mundo entero; fuerte y serena nos confesó que tiene cáncer.
"En enero, me sometí a una cirugía abdominal importante en Londres y en ese momento se pensó que mi condición no era cancerosa. La cirugía fue un éxito. Sin embargo, las pruebas realizadas después de la operación encontraron que había cáncer. Por lo tanto, mi equipo médico me recomendó que me sometiera a un tratamiento de quimioterapia preventiva y ahora me encuentro en las primeras etapas de ese tratamiento."
Fue en ese instante que medios de comunicación, redes sociales, personas alrededor del mundo se volcaron con mensajes de apoyo y cariño hacia la princesa de Gales y su familia, todos hablando de lo valiente que es, incluso los Duques de Sussex se manifestaron un par de horas después deseándole una pronta recuperación. Fuentes cercanas al Palacio aseguraron que el rey Carlos II se siente orgulloso de su nuera y no tiene más que admiración hacia la madre de tres de sus nietos.
No solamente eso, médicos alrededor del mundo en redes sociales se pronunciaron al respecto, ya que no se sabe específicamente donde se aloja el cáncer, cabe mencionar que la Princesa también causó un gran impacto en temas de prevención, el pasado fin de semana un reconocido centro oncológico en Reino Unido, reportó un gran número de visitantes para chequeos, eso habla del ejemplo que Kate le está dando a millones de personas.
Pero, ¿qué fue lo que obligó a la princesa a decir la verdad?, ¿fue la presión mediática?, ¿las teorías de conspiración? Unos días antes se dio a conocer que la clínica donde se llevó a cabo su cirugía se encontraba bajo investigación, ya que miembros del staff habían tenido acceso al expediente de Kate, acaso fue el miedo a que se filtrara la información o las ganas de poner fin a los rumores que aseguraban William le era infiel.
A ciencia cierta no lo sabremos, sin embargo, tarde o temprano Kate tenía que afrontar a la prensa, y a los británicos, no olvidemos, la princesa de Gales es servidor público, su sueldo sale en parte de los impuestos que le pagan los ciudadanos al estado, y era su obligación ser transparente. Eso no quiere decir que la oficina de prensa de los príncipes de Gales no haya tenido fallas, se cree que los encargados de la comunicación en palacio debieron actuar antes.
Sin embargo, las teorías de conspiración continúan, hay quienes aseguran el video de la princesa de Gales es producto de la Inteligencia Artificial, pero William y Kate han decidido ignorar este tipo de historias y concentrarse en su familia, ellos han decido pasar unos días en Anmer Hall dentro de la propiedad que tiene la familia en Sandrigham, ahí pasarán las vacaciones de Semana Santa, aunque no asistirán al servicio de Pascua.
Sería muy imprudente aventurarnos a asegurar cuál será el destino de Kate, la princesa es joven y fuerte, su proceso es muy personal, sin embargo, el nivel de empatía que ha generado entre la gente es impactante, muchos seguimos en shock con la noticia, hubiéramos preferido cualquier cosa antes de ver a Kate pasar por esta situación, estamos seguros de que la Princesa encontrará la manera de conectar a través de su trabajo con las causas relacionadas con la terrible enfermedad que la aqueja, de sobra sabemos se convertirá en ejemplo dará un nuevo rostro a la lucha y a todas las personas que atraviesan por esta terrible enfermedad.
Hoy más que nunca debemos continuar concientizando al mundo de todas las formas de prevención que existen y dolorosamente Kate será una nueva abanderada, el cáncer no conoce de posiciones, títulos o códigos postales. Y mientras este capítulo de los Windsor se desenvuelve, nos quedamos con la sonrisa de Kate y sus ganas de salir adelante para continuar siendo la madre de George, Charlotte y Louis, y también para verla un día convertida en la soberana de los británicos junto a William, larga vida a la valiente princesa de Gales.
Por Alejandro Limón Lason
MAAZ