Richie Bones, de 45 años, en el pasado abusó del consumo de drogas y alcohol, pero luego de pasar 16 años “limpio” comenzó a tatuarse hasta el punto de llegar a tener 80% del cuerpo lleno de tinta, incluso sus genitales, según ha dicho. Él, además, se define a sí mismo como un "ser humano del siguiente nivel" y un "ser integral" que sirve de inspiración.
El originario de Filadelfia, Estados Unidos, aseguró que de pequeño sufrió mucho, pues sus padres adoptivos lo abandonaron y su único refugio fueron los enervantes, según documentó el diario británico Daily Star.
No ha ingerido nada en más de una década
Bones, quien es pintor de autos, aseguró que está orgulloso de lo que ha logrado: "Estoy solo y creo que mucha gente en mi situación se habría rendido… Me niego a rendirme porque soy una persona con iniciativa".
Contó también que su gustó por los tatuajes comenzó cuando vio a un hombre con el cuello tatuado cuando sólo tenía siete años, en 1984. "Me hice mi primer tatuaje a los 20 años y desde entonces nunca he mirado atrás", refirió. Richie no recuerda la última vez que pagó por un tatuaje, ya que sus amigos de la industria se los hacen gratis.
Todo el cuerpo
Aseguró que también tiene algunos diseños incluso en los genitales, donde tiene “una banda de Louis Vuitton". "Son mis tatuajes favoritos porque me parecen interactivos… Me siento tan bien conmigo mismo ahora como antes de tatuarme. Siempre he sido una persona segura de sí misma, audaz, cariñosa y generosa que sintoniza bien con su armonía espiritual".
Richie sostuvo que fue modelo cuando era mucho más joven y recibió muchos cumplidos. Pero a pesar de haberse tatuado el 80% de su cuerpo, sigue recibiendo muchos elogios por su aspecto. "Siempre me hacen muchas preguntas… Cuando me oyen articular mis respuestas, se desconciertan porque les choca que tenga estudios y trabajo… Algunos incluso me dicen a la cara que soy muy sexy", concluyó Richie.
SIGUE LEYENDO...
Karely Ruiz hace impresionante revelación: pronto se quitará todos sus tatuajes
Rescatan en Cereso de Ciudad Juárez a… ¡gato tatuado!