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Inundación en Nueva York

Nueva York es una ciudad que no se encuentra adaptada para fuertes inundaciones como las que ha tenido ultimamente

Inundación en Nueva York

El pasado 29 de septiembre la ciudad de Nueva York tuvo que declarar un estado de emergencia a raíz de una inundación repentina, la cual afectó gravemente a gran parte de la ciudad y a comunidades aledañas. De acuerdo con autoridades neoyorkinas y climatológicas, más de 18.41 cm de lluvia cayeron en partes de la ciudad, la zona de Brooklyn y el aeropuerto John F. Kennedy siendo los más afectados. El jefe de la unidad de cambio climático, Rohit Aggarwala, aseguró que el drenaje de la ciudad puede manejar máximo 4.5 cm de lluvia por hora, por lo que estaba más que rebasado.

 

El sistema de metro subterráneo y terrestre, incontables calles y carreteras, así como una terminal del aeropuerto de La Guardia se inundaron, dejando a personas varadas en sus centros de trabajo y escuelas, obligándolas a sumergirse en aguas insalubres si deseaban regresar a sus hogares. La ciudad que nunca duerme fue paralizada por las inundaciones, afortunadamente, no se ha reportado ninguna muerte. 

 

Aun así, en Mamaroneck, (un suburbio al norte de la ciudad), servicios de emergencia tuvieron que usar balsas salvavidas inflables para rescatar a personas atrapadas en los techos de edificios. Los bomberos tuvieron que socorrer a seis familias en departamentos localizados en los sótanos para evitar que se ahogaran. Además 150 escuelas se inundaron y una fue evacuada debido a preocupaciones de una posible explosión debido a que el agua llegó a la caldera. El nivel del agua en el zoológico de Central Park se elevó tanto que un león de mar llamado Sally escapó de su hábitat y exploró dentro del perímetro del zoológico. 

Inundaciones nunca antes vistas
Foto: France 24

La lluvia torrencial puede ser explicada por la tormenta tropical Ophelia, la cual pasó sobre el océano Atlántico, así como otros factores meteorológicos, en una época del año especialmente propensa a este tipo de fenómenos. Por doce horas la tormenta se estacionó sobre Nueva York causando estragos. No obstante, este no es un evento aislado, este ha sido el septiembre más mojado desde 1882, de acuerdo con el National Weather Service. 

 

Expertos advierten que este tipo de eventos constituyen síntomas del cambio climático, ya que, a medida que el planeta se calienta, las tormentas se forman en una atmósfera más cálida, absorben más vapor y, por ende, provocan más lluvia. Si bien en este caso no se reportaron temperaturas altas en el océano, es innegable que cada vez son más frecuentes las lluvias que obstaculizan el flujo normal de la ciudad e incluso cobran vidas. Es la tercera vez en dos años que la lluvia cayó a niveles de más de cinco centímetros por hora en Central Park. 

 

Ahora, el problema radica en cómo preparar a la ciudad más poblada de los Estados Unidos para lidiar con los efectos del cambio climático. En esta ocasión no se reportaron muertes ni heridos, más el daño en la infraestructura y la propiedad privada es significativo y el costo para repararlo muy alto. Por lo tanto, es importante reconocer que esta es una tendencia que no va a parar, expertos han dejado en claro que esta es la nueva normalidad. Las autoridades deben diseñar un plan para actualizar las medidas contra inundaciones y mecanismos para educar y alertar a la población sobre estos fenómenos. 

Por: Ana Gasca, Relaciones Internacionales, ITAM 


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