PANORAMA SOCIAL

Pláticas de viaje: Turismo por el mundo al alcance de tu bolsillo y ruta preferida

Uno de los caprichos millonarios es viajar. Cada quien a su nivel, conociendo lugares nuevos o revisitándolos, descubriendo nuevas culturas y formas de vivir

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Uno de los caprichos millonarios es viajar. Cada quien a su nivel, conociendo lugares nuevos Créditos: Arte: Nicole Flores

Este verano, Europa rompió récords de turistas, convirtiéndose en el epicentro del caos. Así como hubo compras postpandemia, la gente salió a viajar por el tiempo que no pudo hacerlo. 

Se dio un caos en la mayoría de los aeropuertos: muchos visitantes y poco personal. Yo fui una de esas personas, y padecí el caos en todo momento, como en el Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, en donde la fila que hice para pasar seguridad fue de dos horas y media. Situaciones similares vivieron pasajeros por todos lados. Desde filas interminables de check in, poco personal para el manejo de equipaje, menos pilotos y personal aéreo. Las rutas desde España, Italia, Inglaterra y Francia estaban con el triple de visitantes, y los precios por los cielos. Uno de los precios que se paga ahora por viajar. 

Pero, ¿por qué se da esta situación? Uno, porque al bajar las medidas de cuidado, muchos empleados se enferman y no llegan al trabajo; dos, se abrieron países que permanecieron cerrados mucho tiempo; y tres, después de la pandemia, mucha gente decidió vivir más feliz trabajando menos, aunque el ingreso sea menor.  

A mí me gusta platicar con los choferes de los taxis cuando viajo, porque te dan un panorama social, cultural y económico que difícilmente puedes aprender tan rápidamente.

La plática más interesante fue la de Francesco, un chofer del sur de Italia, quien me dijo cómo la gente de ahí es hospitalaria y amable, porque antes eran pueblos donde los habitantes eran pescadores y granjeros, no tenían nada de turismo. El ser hospitalario se los inculcan en casa. En Positano se vive 90 por ciento del turismo, con 4 mil habitantes nada más por lo que “no los tratamos como clientes, los tratamos como familia”. También hay una escuela muy famosa de turismo en Sorrento, la ciudad de al lado, con 25 mil habitantes, en donde se les enseña el arte de la hospitalidad.

Asimismo, se ve en un dilema: Francesco tiene un negocio de seis autos para dar servicio a turistas, dice que desde la pandemia se le triplicó el trabajo, pero que no ha conseguido a los choferes. Misma situación que me dijo Pascuale, dueño de un lugar de renta de motocicletas. Ambos me dijeron lo que gana cada chofer, más propinas, y, sin embargo, prefieren emplearse en un hotel con un corto horario, un salario bajo y poder tener, por ejemplo, la mañana. Si eres de los que no platican cuando vas en un taxi, te estas perdiendo de mucho; la charla con ellos o ellas es muy valiosa.

MAAZ