Luego de que la pandemia por coronavirus llegara a la Ciudad de México, diversas actividades se vieron afectadas, incluso canceladas y pospuestas, tal como sucedió con la marcha LGBT+, la cual se había celebrado año con año desde 1979 bajo la organización del comité Incluye T.
Bajo este panorama, el pasado 25 de junio se celebró la Marcha del Orgullo en la Ciudad de México, en donde se esperaron a más de 300 mil personas, 140 carros alegóricos y dos mil elementos de la policía capitalina desplegados en las calles para garantizar la seguridad de los asistentes.
Una historia conmovedora
Personas y cuerpos diversos asistieron a este evento, y una de las que atrapó la atención de los asistentes fue la de la señora María de la Luz Arellano, quien decidió asistir a esta marcha como parte de la promesa que le hizo a su hijo antes de morir.
“Traje a mi hijo a la marcha (…) Le prometí que lo iba a traer, que cada año lo iba a traer, porque mi hijo era orgullo LGBT”, declaró María.
María señaló que su hijo murió hace un mes a causa de cáncer en el Hospital General, y desde entonces le prometió que cada año lo llevaría a la Marcha del Orgullo, por lo que decidió cargar la urna con sus cenizas, una foto y una bandera del arcoíris para así recorrer las calles de la CDMX al lado de miles de personas que marcharon para celebrar la diversidad y el amor, pero también para exigir respeto a todas las identidades.
Cumplió su promesa
Al respecto, la mujer señaló que se sentía nostálgica pero al mismo tiempo muy bien de cumplir su promesa, mándale un mensaje de apoyo a la comunidad LGBT+ respecto a que deben ser felices tal y como son.
“Hay que alzar la voz y que sean felices, sobre todo que la gente ya se quite la máscara y los dejen ser felices como ellos quieran”.
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HFM
