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¿Jugar videojuegos violentos nos convierte en sujetos violentos?

Lo que se aprende en los videojuegos es un debate que continúa a lo largo de los años

¿Jugar videojuegos violentos nos convierte en sujetos violentos?
Foto: Foto: Especial

El debate popular de que si los videojuegos violentos son los causantes de la violencia en la sociedad es uno que ha estado presente básicamente desde que alguna persona con ansiedad vio a sus hijos jugar, con una sonrisa en sus rostros, en un monitor algún juego con colores fuertes y vibrantes, una música veloz, y gritos demoniacos. Claramente esa persona nunca jugó a los vaqueros en su infancia.

Éste es un debate abordado por padres, madres, filósofos, educadores, políticos de todas las naciones, y muchas más personas. Varias de las cuales suelen repetir palabras como “si ven violencia, replicarán la violencia”, o “es muy fuerte para los niños ver esos colores”, y a éstas se suma la conclusión de “¡Hay que prohibirlos!”. 

No se equivocan en eso; nadie negará que, como dijo un griego, un poco desconocido, hace muchos años, que siempre nos encariñamos de lo primero que vemos. Razón por la cual la gente sigue enamorada de esas historias de magos que tanto repiten en la tele. Crecieron viendo esa historia, entonces quieren envejecer con la misma.

Pero, aunque tengan razón en esto, ¿en realidad debemos concluir que desde pequeños jugamos videojuegos violentos, nos volvemos sujetos violentos? Me parece que sí, pero sólo sí los educadores han fallado en su misión de “criar al futuro de la nación”. 

Retomando al filósofo, ése que nadie conoce, éste decía también que el ethos de la persona no se afecta por lo que ve si es que está bien formado. Si nuestro carácter se forma por cómo nos educan, y los que educan llegan a la conclusión de que jugar juegos violentos es lo que nos está haciendo unos completos patanes, entonces la culpa de la violencia es primero de ellos, antes que del juego.

Prohibir lo violento en el entretenimiento no va concorde a la misión del educador, pues nos quedamos sin cultura: no más pinturas holandesas del siglo XVII, ni libros sagrados, llenos de sexo, huidas y castigos; es más, no más política.

No, antes de prohibir lo violento, más bien sería mejor reformar la educación proporcionada para que la gente no sea violenta a pesar de ver contenidos violentos. Cuando el político llama a censurar los videojuegos, más bien está llamando a reformar el sector educativo. Cuando los padres hacen lo mismo, están aceptando que son malos educadores. 

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mgm

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