The Edge
En la cúspide de Hudson Yards, The Edge –el observatorio al aire libre más alto de la ciudad– ofrece algunas de las mejores vistas del sur de la isla (y, desde luego, la oportunidad de tomar fotos inolvidables). Durante los meses de invierno, contará con un completo programa de experiencias gastronómicas, desplegadas en sus modernos espacios interiores y ante el dramático escenario compuesto por los edificios de Manhattan. En primavera y verano, también ofrece clases de yoga en las alturas. edgenyc.com
Whitney Museum of American Art
Con más de un siglo de historia comprometida con la conservación y promoción del arte estadounidense, el Whitney es, sin duda, parte de la colección de museos imperdibles de la ciudad. Su sede actual, diseñada por el ganador del Pritzker, Renzo Piano, merece una visita por sí misma. Hasta el 13 de febrero, presenta Jasper Johns: Mind/Mirror, una ambiciosa retrospectiva, en colaboración simultánea con el Philadelphia Museum of Art, sobre uno de los grandes artistas neoyorquinos del último siglo. whitney.org
Miznon
Con sedes en ciudades como París, Viena, Melbourne y Singapur, Miznon –al interior del imperdible Chelsea Market que reúne propuestas culinarias de todo el mundo, además de tiendas de diseño– es una celebración de los sabores de la comida callejera del Mediterráneo, con platillos como pitas, kebabs y una inolvidables coliflor rostizada. miznonnyc.com
Little Island
Diseñado para rehabilitar la zona después del huracán Sandy, el nuevo parque, proyectado por Thomas Heatherwick con 132 pods que se levantan sobre el río Hudson, abrió sus puertas en mayo de 2021, para ofrecer un espacio recreativo incluyente, aún más necesario después de los meses de pandemia. Con dos teatros al aire libre, una plaza principal, un área de juegos y una oferta gastronómica en la que todo cuesta menos de 15 dólares, es un espacio de encuentro entre cultura, sociedad y naturaleza. littleisland.org
The High Line
Uno de los grandes ejemplos de transformación urbana de la última década, el parque elevado se ha convertido en un referente de recuperación de espacios abandonados y en la columna vertebral que conecta el oeste de la ciudad. Hoy, el corredor, que se extiende desde Hudson Yards y hasta el museo Whitney, es un favorito de residentes y visitantes, quienes encuentran el espacio perfecto para hacer ejercicio, tomar un descanso y maravillarse con el cambiante paisaje de Nueva York. thehighline.org
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