El Día de todos los Santos y de Muertos, nos muestra tradiciones que nos conectan espiritualmente con nosotros mismos y con nuestros seres queridos que ya partieron. Por ende, estas tradiciones y los días importantes en el calendario forman parte de nuestra cultura y de quienes somos como país.
Sin embargo, el Día de Todos los Santos y el Día de Muertos son especiales porque representan además una conexión importante con el más allá y el mundo espiritual.
Por esta razón, Panterita, terapeuta holística, nos explica cómo funcionan estas conexiones y cómo podemos sacarles provecho para lograr paz y cercanía con los que ya han partido, todo esto, comprendiendo bien el significado de nuestro altar de muertos y lo que representa en nosotros.
Flujo de energías en el Día de Muertos
Las energías de nuestros antepasados no sólo nos acompañan durante uno o dos días al año, sino que forman parte de nuestra propia vibración. Con esto como preámbulo, es debido saber que esto se da por una oportuna razón.
"Lo que les permite cuidar de nosotros, guiarnos, ayudarnos a desarrollarnos y a interesarnos por temas espirituales para crecer en consciencia”, explica Panterita.
Sin embargo, es verdad que es durante el Día de Todos los Santos y de Muertos que estas energías son más palpables y el canal de comunicación se abre un poco más para recordarnos que están ahí y que debemos encontrar y no olvidarnos de nuestros propósitos más elevados en la vida.
La importancia del altar a los difuntos
Uno de los métodos que tenemos para restablecer ese lazo o conexión energética es por medio del altar, con el que también ayudamos a las almas de nuestros antepasados y seres queridos a sanar y purificarse, por lo que cada uno de los elementos juega un papel importante en este proceso, los más importantes son:
Sal: La sal es un purificador energético por excelencia que ahuyenta las malas energías y sirve como una especie de escudo para proteger a nuestros antepasados durante su visita al mundo de los vivos. También sirve para que su cuerpo energético no se corrompa.
Agua: El agua limpia, arrastra lo negativo y sana. Se relaciona con la fuente de la vida y con la transformación, por lo que no debe faltar en el altar para purificar la energía de los espíritus durante su viaje y para renovar sus fuerzas.
Velas / fuego: Representa la luz con la que nuestros antepasados son guiados de vuelta a lo que fue su hogar en la tierra. Significa además fe inquebrantable y es utilizado espiritualmente para eliminar energías negativas y limpiar habitaciones y situaciones concretas de cualquier carga negativa.
Incienso: Aunque es un elemento menos común, es igual de importante que los anteriores, ya que el incienso, elimina los peligros energéticos y protege el camino de las almas. Es también símbolo de oración y espiritualidad.
Flor de cempasúchil: Asociada desde tiempos ancestrales con el sol, sirve también para indicar el camino hacia el altar y hacia la luz. Representa la muerte y por lo tanto, la transformación espiritual por la que todos debemos pasar para alcanzar otros planos energéticos superiores.
Nuestros antepasados más elevados se convierten en seres de luz y en guías espirituales, por lo que podemos aprovechar estas fechas para reforzar nuestra conexión con ellos y pedirles apoyo en nuestro camino espiritual.
Para finalizar, se recomienda dedicar unos momentos en estas fechas para meditar profundamente y conectar con las energías de luz, ya que su poder se potenciará y podrás recibir mensajes más fácilmente, además, puedes aprovechar para pedir por las almas menos evolucionadas a fin de iluminar su camino.
"La energía de tus antepasados te ayudará a encontrar paz y abundancia en todos los aspectos de tu vida”, finaliza Panterita.
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