La Ciudad de México tiene grandes historias, las leyendas son un bien inmaterial que se han transmitido por generaciones desde la época prehispánica, por lo que no es extraño que nuestras abuelas nos narraran historias con una mezcla de misticismo e irrealidad.
Estas historias, al ser transmitidas de generación en generación, van adquiriendo nuevos elementos, se modernizan y se les agregan para hacerlas más misteriosas y hasta terroríficas, conjuntan elementos fantásticos para hacerlas más temibles.
Así surgen las leyenda de terror que cada Día de Muertos cobran fuerza, pues en sus historias se narran historias de fantasmas, demonios, espíritus y cualquier clase de ser de ultratumba que pone los pelos de punta a cualquiera.
Estas historias se encuentran casi en todos los puntos de la Ciudad de México, pues en cada rincón se conjugan elementos que permiten crear leyendas y mitos, y desde luego que el principal sistema de transporte de la CDMX no se queda fuera, por eso presentamos las historias más aterradoras en torno al Metro de esta capital.
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Las leyendas y mitos del Metro
Un viaje con el Diablo
Mariana usa el metro todos los días, es su medio de transporte más accesible, reconoce que en el llega rápido a cualquier destino, pero también ha vivido extraños acontecimientos en sus vagones.
Recuerda que cuando tenía unos 15 años, iba jugando con su mejor amiga, ambas jóvenes e incrédulas de los fenómenos paranormales dijeron que venderían su alma al diablo; se encontraban en un vagón de la Línea 1, rumbo a Observatorio.
Eran aproximadamente las dos de la tarde, de modo que el tren iba casi vacío, no había mucha gente, y fue entonces cuando ocurrió lo inesperado. Al mirar hacia el frente vieron a un hombre que parecía sacado de una película de terror.
“Era un señor de unos 40 años, no muy alto, con un aspecto lúgubre en el rostro, tenía las cejas largas, los pómulos muy marcados, y una sonrisa aterradora; se paró frente a nosotras y nos ofreció lo que tenía en el puño, se veían como monedas. Me acuerdo que estaba todo vestido de blanco, con un traje como de primera comunión, sus pies eran raros porque aunque tenía zapatos se le veían patas como de cabra”.
Mariana recuerda que ella y su amiga no entendían bien lo que pasaba por lo que se rieron mucho y al llegar a la siguiente estación se bajaron corriendo, dice que miraron que el hombre no estuviera cerca de ellas y vieron como se iba en el tren rumbo a otra estación.
Fantasmas en las vías
Jorge es conductor del Metro desde hace más de 30 años, inició muy joven en esa profesión y le han pasado miles de cosas, entre ellas terribles accidentes que no se pueden evitar y que gracias a terapias psicológicas sabe que no es responsable de ello.
Lamentablemente le ha tocado que personas desesperadas se arrojen a las vías, algunas mueren al instante, mientras tienen una agonía mayor, por lo que se dice que sus almas quedan penando en lo largo de la red de Metro.
Aunque Jorge no es muy afín a las historias de terror, recuerda que en ocasiones ha visto cosas extrañas, a las que no les encuentra explicación; un ejemplo de ello fue cuando vio al llegar a la estación Pino Suárez de la Línea 2 a una señora con su bebé en brazos.
La mujer estaba en la parte delantera del andén, y el la vio a lo lejos al arribar a la estación y conforme se acercaba la veía más cerca, sin embargo al detener el tren la mujer desapareció.
Dicen que en la Línea 2 hay varios fantasmas, pues fue justo ahí donde se produjo el terrible choque de dos trenes en 1975 que dejó decenas de personas fallecidas; desde entonces dicen que ven fantasmas rondar por esa línea.
Búnkers y vampiros, otras leyendas del Metro
Otras historias que han indo ganado fama y se han convertido en leyendas populares del Metro son la de la rata gigante, diversos usuarios afirman haber visto un roedor de tamaño descomunal en las vías de la Línea 3, cuando el tren se queda parado entre estaciones, pero esto no se ha podido confirmar.
En la Línea 7 afirman que hay un vampiro que sale a atacar en las horas cercanas al cierre de estaciones y que vive ahí debido a la profundidad que tiene; por eso mismo ahí se desató el rumor y la historia de que hay un búnker secreto entre las estaciones Auditorio y Polanco, cercanas a Los Pinos, para que en caso de un ataque, el presidente pudiera resguardarse en ese lugar; esa leyenda surgió durante la Guerra Fría, cuando se creía que podría haber un ataque nuclear.
Todas estas historias se han ido compartiendo entre las personas que usan el metro, por lo que han adquirido fuerza y ya se conocen como las leyendas del Metro, sin duda forman parte del conocimiento colectivo que se forma y se comparte año con año.