Visión Washingtoniana

Venganza en puerta

La Corte de NY ya fue usada por la DEA para exponer a lo que le llaman aplicar la justicia con todo el peso de la ley

Venganza en puerta
J. Jesús Esquivel / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Washington.— La Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, será el marco con el que el Departamento de Justicia lleve a cabo la primera gran venganza de la DEA en contra de uno de sus acérrimos enemigos, el narcotraficante mexicano Rafael Caro Quintero.

Acusado de orquestar en Guadalajara, Jalisco, en 1985, el secuestro, tortura y asesinato de Enrique “Kiki” Camarena, agente de la DEA, el delincuente mexicano no tiene escapatoria y desde que llegó a Nueva York expulsado del país, fue colocado inmediatamente por los fiscales estadunidenses en el pabellón de la pena capital.

La Corte neoyorquina ya fue usada por la DEA para exponer lo que ellos llaman aplicar la justicia con todo el peso de la ley: la sentencia a cadena perpetua más 30 años de cárcel de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, uno de los dirigentes del Cártel de Sinaloa.

Como con El Chapo, los fiscales del Departamento de Justicia no tienen la menor intención de siquiera hablar (negociar un acuerdo) con Caro Quintero. La sed de venganza de la DEA no tiene cortapisas; ambiciona un juicio expedito y el peor castigo posible para el capo.

Caro Quintero puede convertirse en el primer narcotraficante mexicano castigado con la pena de muerte y en la plataforma para que la DEA mande la advertencia al narcotráfico internacional de que quien se atreve a matar a uno de ellos pagará el pecado con su vida.

La hipocresía del sistema judicial de Estados Unidos en el proceso de extranjeros acusados de narcotráfico es una bofetada a la propia ley. 

Está demostrado que los fiscales estadunidenses son capaces de perdonar a asesinos psicópatas de la peor calaña como Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, quien increíblemente ahora vive libre y protegido en Estados Unidos, con tal obtener información para sus vendettas jurídicas y políticas aderezadas de intervencionismo.

Este viernes 18 de abril, en la Corte de Brooklyn, Caro Quintero escuchará a los fiscales solicitar formalmente su ejecución si en su juicio es declarado culpable de todos los cargos que le imputan.

Steve Paris, el agente de la DEA a cargo del caso de la venganza por el asesinato de Camarena, me explica que, si esperaron 40 años para tener entre sus manos a Caro Quintero, ahora no piensan perder el tiempo para castigarlo. “Queremos un juicio rápido y la sentencia más severa”, dice el agente de la DEA.

De los 29 narcotraficantes que expulsó de México enviándolos a Estados Unidos la presidenta Claudia Sheinbaum, el único que sirve a los intereses torcidos del Departamento de Justicia es Caro Quintero. 

El resto son para la DEA cartuchos quemados.

Lamentablemente, en la prensa mexicana nos acostumbramos a creer que la DEA quiere a todos los narcotraficantes como testigos cooperantes o protegidos. De entre el paquete de 29 delincuentes que Sheinbaum les dio a los fiscales gringos aparte de Caro Quintero, sobresalen Vicente Carrillo Fuentes, “El Viceroy”, y los hermanos Miguel Ángel, “Z-40” y Omar Treviño Morales, “Z-42”. 

Estos tres capos ya no le sirven a la DEA. Serán procesados, enjuiciados y sentenciados en Nueva York y Washington D.C., bajo el nuevo atenuante impuesto por Donald Trump: pertenecer a una organización terrorista internacional que implica por inercia la petición de la pena de muerte como castigo máximo o la cadena perpetua como mínimo. 

De este supuesto privilegio y posibilidad justiciera está excluido el presunto autor intelectual del homicidio de “Kiki” Camarena.

J. JESÚS ESQUIVEL

COLABORADOR

@JJESUSESQUIVEL

PAL

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