Columna Invitada

Porno, trata, abuso sexual y prostitución. El círculo de la esclavitud moderna

¿De dónde salen esos materiales? De abusos grabados. De niñas manipuladas por redes sociales o videojuegos

Porno, trata, abuso sexual y prostitución. El círculo de la esclavitud moderna
Paulina-Amozurrutia / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

Vivimos con la idea cómoda de que la esclavitud quedó en los libros de historia. Nos repetimos que los derechos de las mujeres y las niñas avanzan, que hay tratados y discursos. Pero en las calles, escuelas y redes sociales de México persiste una forma brutal de esclavitud que nadie quiere nombrar: un círculo de violencia que atrapa y destroza.

Miles de niñas y mujeres siguen siendo explotadas, abusadas, compradas, vendidas y exhibidas. No llevan grilletes de hierro, pero sí cadenas invisibles: las de la normalización, la indiferencia y la impunidad. Lo más escalofriante es que todo esto ocurre frente a nuestros ojos.

Porno, trata, abuso sexual y prostitución no son problemas aislados. Son las caras de una misma tragedia.

Según la Fundación Freedom, una de cada cuatro niñas ha sufrido abuso sexual infantil. México ocupa el primer lugar en la OCDE con más de 22 mil víctimas registradas en 2021. Y la mayoría de los abusos -siete de cada 10- ocurren en entornos cercanos: familias, escuelas, hogares.

A esto se suma la pornografía infantil. México lidera el mundo en su producción. ¿De dónde salen esos materiales? De abusos grabados. De niñas manipuladas por redes sociales o videojuegos. De menores víctimas de trata.

La trata es una tragedia silenciada por la falta de cifras oficiales, pero su sombra es cruel. Miles de desaparecidas terminan ahí. Según Operation Underground Railroad, una víctima de trata es violentada sexualmente hasta diez veces al día. Diez veces, cada día.

La prostitución es parte de este círculo. Muchas veces empieza desde los 11 años con falsas promesas de trabajo, enamoramientos o engaños familiares. Lo que parece decisión, casi siempre es explotación.

Este entramado de violencias se alimenta entre sí. La pornografía, cada vez más normalizada -y consumida por siete de cada 10 adolescentes y jóvenes en México-, convierte en carne de cañón a niñas y mujeres que con abusadas sexualmente. El problema es mayúsculo. El consumo inicia, en promedio, a los 11 años, y a menor edad, mayor es la demanda. Y mientras haya quien consuma, habrá quien explote. Esta industria es ya la más lucrativa en México después del narcotráfico.

En un panorama tan desolador, el primer paso es evidente: a mayor conciencia sobre la gravedad de la pornografía, mayor posibilidad de frenar estas violencias. No es inofensiva. Deshumaniza, normaliza el abuso y empuja a los jóvenes hacia la violencia sexual.

Pero, sobre todo, perpetúa la esclavitud moderna. Y en este círculo, si consumes… también esclavizas.

POR PAULINA AMOZURRUTIA

@PAUAMOZURRUTIA

PAL

Temas