Los diputados de Morena y sus aliados, el sábado pasado, reformaron la Ley del Infonavit para otorgarle al Instituto la facultad de construir casas. Ya lo habían hecho en diciembre los senadores, por lo que esta insensatez ya es un hecho.
Están convirtiendo al Infonavit, a través de una nueva empresa encargada de eso, en un nuevo constructor y desarrollador de vivienda social en México. El gobierno jugando, de nuevo, a ser empresario. Repitiendo los errores del pasado.
Durante décadas, el Infonavit se dedicó a otorgar créditos para que los trabajadores accedieran a una vivienda, dejando la construcción en manos del sector privado. El Infonavit garantizaba los créditos a través de los ahorros de los propios trabajadores, y éstos compraban sus casas a constructores privados.
Ahora, con esta reforma, el gobierno está retomando un modelo que ya ha fracasado. Hemos visto muchos ejemplos de cómo las incursiones del gobierno, en este caso de Morena, en el ámbito empresarial, terminan en fracasos económicos que le hacen perder mucho dinero a nuestro país.
Gas Bienestar, presentado con bombo y platillo como la solución a los problemas con el gas LP, ha resultado ser un desastre financiero. En lugar de abaratar los precios y mejorar el servicio, sólo se han acumulado pérdidas millonarias que pagamos todos.
Otro caso emblemático es el fallido resurgimiento de Mexicana de Aviación como aerolínea estatal. Perdió en un solo año miles de millones de pesos, dinero de todos los mexicanos. No hay aviones, no hay rutas, no hay mercado. Todo mundo se los dijo.
El problema con esta reforma al Infonavit es aún mayor, el gobierno financiará la construcción de las viviendas con los ahorros de los trabajadores. Utilizará un dinero que no es suyo para invertir en esta ocurrencia. Literalmente es un atraco a los ahorros de las familias mexicanas, para transferirlos a esta nueva empresa del gobierno.
El papel del gobierno debe ser establecer reglas del juego justas, garantizar que se respeten y se cumpla la ley, y permitir que la economía fluya y se genere desarrollo económico mediante la participación de los ciudadanos y las empresas.
Cuando el gobierno se convierte en jugador y árbitro al mismo tiempo, los resultados son desastrosos. Cuando el gobierno juega a ser empresario equivoca su función, es ineficiente y sobre todo pierde mucho dinero.
México no necesita más empresas estatales, lo que necesitamos es un gobierno eficiente, que sea facilitador del esfuerzo privado, y en todo caso debe ser un regulador del mercado, no un jugador. Reformar al Infonavit para que se convierta en un constructor de vivienda es una necedad, pero, sobre todo, es un error histórico que vamos a pagar muy caro todos los mexicanos
POR HOMERO NIÑO DE RIVERA
DIPUTADO FEDERAL
@HOMERONR
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