Después del proceso electoral más largo de la historia reciente del país, una gran participación en las urnas, resultados aplastantes a lo largo y ancho del territorio nacional, una “herencia” difícil de asumir y un inicio turbulento, la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llega a sus primeros 100 días de gobierno. La celebración no podía ser distinta, primero una reunión con gobernadores, su gabinete e invitados especiales en Palacio Nacional, posteriormente con un evento masivo en la plaza del Zócalo.
En su discurso se pueden resaltar sus mensajes más importantes, la congruencia y continuidad que le seguirá dando a la llamada Cuarta Transformación, la reverencia hacia López Obrador, el fortalecimiento a los programas sociales como proyecto gubernamental y ahora constitucional, el realce a los proyectos de su antecesor como Mexicana de Aviación y el Tren Maya (aunque las cifras mencionadas sean más parecidas a “los otros datos” que a los reales). Pero también, sin decirlo explícitamente, exhibió un distanciamiento con el gobierno anterior, expuso su visión de seguridad, planteó los proyectos federales consensuados con los 32 gobernadores y exaltó la paridad de género, así como el respeto hacia las mujeres de todo el país, de la historia y de la actualidad.
En este sentido, al día siguiente del evento de los 100 días, Claudia Sheinbaum presentó el “Plan México”, la hoja de ruta para el desarrollo económico del sexenio. En este programa de acción se destaca que habrá proyectos prioritarios para cada una de las entidades federativas, que están contemplados 277,000 millones de dólares a través de 2 mil proyectos específicos en sectores clave como la industria textil, la automotriz, la farmacéutica, la aeroespacial, la agroindustria y la electromovilidad. Esta estrategia prevé convertir a México en la décima economía mundial para 2030, incrementar la inversión pública y privada al 28% del PIB, así como reducir los tiempos para aprobar proyectos a tan solo un año.
Resulta ineludible mencionar que en estos cien días la presidenta Sheinbaum ha sorteado los nubarrones provenientes del norte. Los conflictos -hasta ahora retóricos- del presidente Trump han significado una caída del peso mexicano, múltiples temores por las inminentes deportaciones masivas y la puesta en marcha de operativos en contra de la piratería de productos provenientes de Asia, particularmente de China. Sin embargo, el real conflicto será a partir del día 20 de este mes, cuando el magnate neoyorquino tome posesión de la presidencia, mismo día que implementará todos sus dichos en contra de nuestro país y que será la piedra más pesada en el camino de Sheinbaum.
Así, la presidenta Sheinbaum llega a sus primeros 100 días de gobierno con casi un 80 por ciento de aprobación; sin embargo, viene lo más difícil. La elección de los juzgadores y la implementación de la Reforma Judicial será un conflicto mayúsculo que deberá sortear, no por su popularidad, sino para la mejora del país; la reforma electoral también le abrirá frentes dentro y fuera de su partido. La seguridad, economía, salud, combate a la corrupción, migración y soberanía nacional serán los retos permanentes más allá de tan solo cien días.
POR ADRIANA SARUR
COLABORADORA
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MAAZ
