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La justicia debe llegar más de los Tribunales que de los juicios mediáticos

El concepto de justicia puede variar según el contexto, el agravio o la opinión pública, pero los procesos deben ser los mismos

La justicia debe llegar más de los Tribunales que de los juicios mediáticos
José Luis Ayoub / Dr.echos humanos / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Cuando exigimos justicia ¿qué buscamos? A que se haga, con la otra parte, lo que yo considero que debe ser o que se aplique la ley con todo su rigor, los procedimientos y se dé a cada quien lo que corresponda. Por un lado, cuando consideramos que sufrimos un agravio, de cualquier naturaleza, percibimos, en función de nuestro contexto, creencias, sentimientos, grado de afectación, que el agraviante debe pagar, con la medida, que todo ese contexto nos indica.

Por otro lado, siendo partes integrantes de una sociedad, con un ordenamiento jurídico que nos rige, cuando acontece el agravio, éste se debe procesar a través de los canales jurídicos preestablecidos que, por regla general, atraviesan por tres etapas: demanda o denuncia de los hechos, pruebas y sentencia.

En las aulas de derecho, es muy recurrida la definición de justicia de Ulpiano: la justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo, su propio derecho.

Vemos con esta fórmula que, para que exista justicia y darle a cada cual lo suyo, debe existir un sistema jurídico que nos indique cómo y qué le corresponde a cada uno.

Si todo esto es así, es decir, que existen normas y procedimientos aplicables, que pasan por las tres etapas, entonces, para darle a cada quien lo que le corresponde, la justicia debería llegar hasta la sentencia.

No obstante, en nuestra sociedad, además de otros, podemos identificar dos obstáculos a estos postulados:

1. La era digital, con los medios de comunicación y redes sociales; y,

2. La falta de credibilidad que, en muchos casos, gozan las autoridades que investigan los agravios y aquellas de procuración de justicia.

Veamos un caso hipotético para ilustrar el argumento. Laura se siente agraviada patrimonialmente por Manuel, considera que éste debe pagar en dinero y con cárcel, esa es su medida de justicia; este agravio inicia su camino en el proceso jurídico pero, antes de la sentencia, los medios y redes exponen a Manuel como culpable de pago y de cárcel.

Llegada la sentencia, tenemos dos supuestos:

1. Si absuelven a Manuel, Laura no sentirá que recibió lo que le corresponde y Manuel, tampoco recibirá lo que le correspondía por que el obstáculo mediático ya lo había condenado; y,

2. Si condenan a Manuel, pero sólo a pagar y sin cárcel (porque legalmente es lo que correspondía), entonces, Laura y la opinión pública no sentirán que se administró justicia, aunque Manuel sí recibió su propio derecho -aun cuando ambas partes lo recibieron-.

Como podemos ver, en esta argumentación, el problema estriba entre lo que cada uno percibe como justicia, lo que las normas establecen como tal y, sobre todo, la responsabilidad de las autoridades de llevar los procesos de una manera profesional, transparente y rigurosa que nos permita confiar en sus determinaciones y a confirmar que eso era lo justo y no sólo lo que teníamos en mente.

De esta forma considero que, un punto clave para exigir y recibir justicia, es enfocarnos en que las autoridades la impartan en los plazos y términos que señalan las leyes y de manera pronta, completa e imparcial. Un problema complejo para reflexionar.

POR JOSÉ LUIS AYOUB

COLABORADOR

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@jlayoub

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