Columna invitada

Catarino Garza: cinco centímetros de historia

La historia de Catarino Erasmo Garza es la de un periodista que encabezó un movimiento armado de carácter antiporfirista en el sur de Texas

Catarino Garza: cinco centímetros de historia
Ignacio Anaya / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

La historia de Catarino Erasmo Garza es la de un periodista que encabezó un movimiento armado de carácter antiporfirista en el sur de Texas. Durante el breve tiempo de su revolución (según el término que emplearon los periódicos contemporáneos), se vislumbró una frontera flexible por las maneras de usarla y amplia como territorio de operaciones militares.

Más que considerarse un antecedente de la Revolución mexicana, el levantamiento de Garza era también una respuesta de la comunidad mexicana fronteriza que se veía amenazada ante la expansión de la población anglosajona. Uno de sus lemas era "libres fronterizos".

En septiembre de 1891, Catarino Garza organizó a un grupo de personas de distintas clases y ocupaciones para realizar varios ataques en Tamaulipas y Nuevo León, aprovechando la nula vigilancia fronteriza y la ley de neutralidad en Estados Unidos para moverse libremente entre el norte de México y Texas. La prensa fijó su atención en la región, reportando sus acciones, posibles paraderos e incluso rumores de su muerte.

El New York Times escribió lo siguiente:

"La captura de Catarino E. Garza, el líder de la revolución que ahora progresa en los estados del norte de México, aún no se ha logrado, aunque el presidente Díaz ha ofrecido una recompensa de $30,000 a quien lo capture, vivo o muerto". Su movimiento enfrentó no solo a las fuerzas del porfiriato, sino al ejército estadounidense y a los rangers de Texas, siendo brutalmente aplastado en 1892.

Garza escapó de Texas y fue a parar a Costa Rica, donde continuó publicando contra el porfiriato. Su ideología liberal lo llevó a la Guerra civil colombiana de 1895. Ahí encontró la muerte al ser asesinado en combate durante un asalto a un cuartel, el 20 de marzo de 1895. Aquella refriega se llevó a cabo en Bocas del Toro, actualmente Panamá.

La muerte no fue capaz de terminar con su historia. En febrero de 2024, se dio a conocer la misión por parte del gobierno mexicano para traer sus restos óseos. En la odisea participaron diplomáticos, arqueólogos, científicos y militares para recuperar e identificar a Garza. Se gastaron, según reportes, más de nueve millones de pesos en tal empresa.

El gran resultado fue un fragmento de cinco centímetros de hueso. Su valor para el gobierno va mucho más allá. A la administración actual, como a otras, le encantan sus héroes, los colecciona y utiliza con fines de legitimación y para fomentar un patriotismo en donde la 4T es la guía.

En 2016, Andrés Manuel López Obrador publicó una biografía sobre el revolucionario que, lejos de ser un libro de historia, servía de formación patriótica. Para el presidente era un tema personal que, a fin de cuentas, lo pasó al ámbito nacional. No obstante, en un país con 115,000 desaparecidos resultan, de manera paradójica, cuestionables los esfuerzos que se tuvieron que realizar para recuperar a Garza… o al menos sus cinco centímetros de hueso.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

MAAZ

 

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