RUINAS DEL FUTURO

Oposiciones desfondadas: tercera llamada

La capacidad de las oposiciones para mantener un mínimo de cohesión interna está severamente en entredicho

OPINIÓN

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Carlos Bravo Regidor / Ruinas del Futuro / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Entre los múltiples estragos que deja la “ventana de septiembre” hay uno que ha pasado relativamente desapercibido. No me refiero ya a la sobrerrepresentación del oficialismo en el Congreso, tampoco a la aceleración del proceso de erosión democrática que implica la reforma judicial ni a cómo se ha cerrado el cerco obradorista en torno a Sheinbaum. Me refiero al hecho de que las oposiciones han quedado en una posición de tanta irrelevancia que su capacidad de mantener un mínimo de cohesión entre sus filas está severamente en entredicho.

La primera llamada la dieron dos senadores del PRD, Araceli Saucedo y José Sabino Herrera, que migraron a la bancada de Morena. Ninguno era un amateur, ambos tenían una carrera política con el PRD. Saucedo comenzó su carrera como consejera local del partido en Michoacán, luego trabajó como enlace legislativo en el congreso del estado, posteriormente fue diputada local, presidenta municipal y diputada federal. Herrera, por su parte, había sido diputado local y presidente municipal en Tabasco. Ambos accedieron al Senado por la fórmula de primera minoría, pero su partido no conservó el registro ni alcanzó a tener bancada propia en esta legislatura.

 La segunda llamada corrió a cargo de los senadores Miguel Ángel Yunes del PAN y Daniel Barreda de MC. En otro sitio escribí ya sobre la normalización de la extorsión como táctica parlamentaria y sobre el problema de tener legisladores “con cola que les pisen” (https://rb.gy/n4ekig). El punto que me interesa subrayar aquí es otro, a saber, que ninguna de las dirigencias de sus respectivos partidos tuvo cómo resistir la ofensiva oficialista. Sabían de sus vulnerabilidades, sabían que estaban siendo objeto de presiones, sabían el golpe reputacional que implicaría su defección, pero no pudieron hacer nada para impedirla.

La tercera llamada provino de las congresos de los estados. En Oaxaca, por ejemplo, el obradorismo (Morena, PVEM y PT) tiene mayoría, pero la reforma judicial fue aprobada por unanimidad (con votos a favor de los diputados locales del PAN, el PRI y el PRD). En Tamaulipas, se ausentaron de la votación 4 diputados panistas más una independiente, además de que otra panista se abstuvo y dos más votaron a favor. En Durango, toda la bancada del PRI votó a favor, en palabras del gobernador priísta Esteban Villegas, “de una manera inteligente, cuidando la relación con el gobierno federal y el gobierno entrante, viendo más allá del tema del partido”. Hubo otros estados donde las oposiciones son más fuertes y lograron mantenerse unidas para votar en contra o aplazar la discusión (e.g., Querétaro, Jalisco o Nuevo León), pero fueron los menos.

 Por lo demás, ¿qué otra cosa cabría esperar cuando el obradorismo es tan hegemónico y las oposiciones son tan débiles? Sobre todo pensándolo desde el cálculo que siempre hacen quienes se dedican a la política: ¿dónde hay más poder, más posibilidad de influencia y crecimiento, más futuro político verosímil? Tengo para mí que el desfondamiento no es sólo de los partidos de oposición existentes, es del lugar mismo de las oposiciones en el sistema político.

POR CARLOS BRAVO REGIDOR

COLABORADOR

@CARLOSBRAVOREG

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