Una de las grandes verdades de esta era es que el pasado, presente y futuro, parecen entremezclarse al existir una convivencia permanente entre todos los países del mundo, por lo que, al fusionarse diferentes culturas, costumbres, alimentaciones y sociedades, el desarrollo de ideas se potencializa generando que la gestión global se transforme en una competencia mucho más rápida que en otros tiempos.
Lamentablemente lo que no ha variado en mucho son aquellos países que encabezan esta carrera donde lo que importa es acumular las grandes mentes del mundo. Así tenemos como ejemplo que entre Estados Unidos, China y Rusia se concentra la mitad de todos los científicos destacados a nivel global. Cuestión que no han dejado pasar la mayoría de los demás países asiáticos, que incrementaron sus estándares educativos de tal manera que en Singapur y Corea del Sur, se concentran los enclaves universitarios, más exitosos, para formación de jóvenes en materias de alta especialidad.
El objetivo de analizar esto, para México, sería evitar que se conjuguen los 4 factores que impiden elevar el nivel de posibilidades. Los cuales son: 1. La pérdida de talento que debilita su capacidad para innovar y competir a nivel global. 2. La salida de jóvenes profesionales que reduce la fuerza laboral. 3. La fuga de cerebros que agrava la desigualdad, ya que los beneficios de la educación superior se concentran en otros países. y 4. La debilitación de las universidades, centros de investigación y empresas ante la falta de profesionales calificados.
Teniendo en cuenta lo anterior y ante la revisión y firma del T- MEC, que es nuestro mayor impulsor de vinculación con países desarrollados; el efecto arrastre debe ser un imperativo que sólo se puede lograr mediante el impulso en el sector público de nuevas fórmulas educativas que garanticen la excelencia para asegurar beneficios perseguidos, desde siempre, por nuestro país como el crecimiento económico, social y de construcción tecnológica que propicie el intercambio intelectual y no su migración.
México, encabeza el mayor número de personas altamente calificadas (América Latina) a quienes se otorga un tipo de visa especial, debido a que están destinadas a empleos de investigación científica o el sector tecnológico.
Se trata de la visa: H1B: (Visa para personal especializado). Ahora bien, esto viene a cuenta dado que las mejores mentes que se cultivan en México están migrando por razones obvias, mismas que se pueden condensar en tres: La falta de empleos bien remunerados y estables en su campo de estudio; Un entorno económico incierto que pueden desalentar a los profesionales a quedarse en su país; y, la Falta de inversión o limitaciones en la investigación y desarrollo en ciencia y tecnología que reduce las oportunidades para los investigadores y científicos.
No resulta novedoso entonces, que para este año se cumplan tres décadas de una migración intensa de personas destacadas. Lo cual se encuentra debidamente documentado en el libro: “La migración mexicana altamente calificada de cara al siglo XXI: problemática y desafíos, de Raúl Delgado Wise, Mónica Chávez Elorza y Selene Gaspar Olvera, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en alianza con el Fondo de Cultura Económica (FCE); así como en diversos artículos de medios internacionales como la DW de Alemania https://www.dw.com/es/m%C3%A9xico-lucha-contra-la-fuga-de-cerebros/a-59667352, donde se destacan esta migración que irá socavando el futuro de nuestro país.
La forma de lograrlo es incorporar factores que permitan a lo largo del tiempo la construcción de escalones que den vida a la universalidad del pensamiento. Ejemplo de lo anterior fueron la llegada de eminencias durante la segunda guerra mundial, tales como Albert Einstein, Nicola Tesla a Estados Unidos, mientras que a México; llegaron eminentes científicos españoles, chilenos y de otros países, que, huyendo de las dictaduras, forjaron los cimientos de grandes instituciones educativas del país como la UNAM, el COLMEX, y tantas otras más.
No se debe olvidar que hay tres plataformas indispensables para ser parte del mundo desarrollado: La concentración de talentos, la expansión de su conocimiento y el incentivar el aprendizaje.
POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB
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