Al finalizar la jornada electoral del 2 de junio de 2024, muy probablemente habrán participado entre el 60% y más del 70% del listado nominal.
Mi artículo de hoy tiene el propósito de reflexionar con todos ustedes acerca de lo que debe seguir a partir de mañana sin importar el resultado de la elección. De manera que los casi 100 millones de ciudadanos registrados en el INE nos hagamos permanentemente presentes en la toma de decisiones. Específicamente, en aquéllas que nos importan e impactan directamente a todos los mexicanos.
Con esta participación se definirán las mayorías para la designación del Ejecutivo Federal, en el Congreso de la Unión (Senadores y Diputados Federales), en los gobiernos Estatales, en los Congresos Locales y en las Presidencias Municipales.
Por lo tanto, este día no solo saldremos a cumplir con un deber cívico que al mismo tiempo es un derecho ciudadano. Sino que particularmente ahora, se ha convertido en una necesidad. Porque pudiera ser la última posibilidad que tengamos para decidir democráticamente nuestro destino.
Además, si seguimos considerando que el derecho democrático de los ciudadanos se reduce únicamente a que cada tres años acudamos a la casilla que nos toca a cruzar una boleta, depositar nuestro voto, y dar por hecho que esto es lo único que nos corresponde ejercer. Entonces la oportunidad que tenemos de participación en la vida democrática de México es verdaderamente muy pobre.
Porque de esta manera nos estamos autolimitando únicamente a elegir entre 7 marcas (partidos políticos), cuyas condiciones (como ciudadanos no partidizados) conocemos solo marginalmente, con candidatos que en su mayoría desconocemos, con propuestas que no existen, y con mensajes y narrativas construidas a partir de la lógica de la publicidad y del marketing político, totalmente alejados del entendimiento ciudadano.
Si tomamos en cuenta que de los casi 100 millones de ciudadanos con credencial de elector, únicamente el 3 o 4% están afiliados a algún partido político. Podremos darnos cuenta de que la ciudadanía en realidad es la mayoría. Por ello tendrá que vigilar que en el diseño y en la ejecución de las políticas públicas se generen los equilibrios que garanticen al propio ciudadano su representatividad.
En un verdadero ejercicio democrático, el primero que debe cambiar es el ciudadano, para pasar de una actitud pasiva a una posición activa.
Mediante esta posición activa, el ciudadano define cualquier tema que sea de su interés y lo conduce a través de los partidos políticos, de los legisladores y de los gobiernos en donde logre tener una intervención. De lo contrario, definitivamente deberá salir a las calles a expresarse, o hacerlo a través de los medios de comunicación para exigir sus derechos.
Por ejemplo, que importante hubiera sido que las manifestaciones de la Sociedad Civil denominada Marea Rosa si además de salir para defender al INE, o a la SCJN. También se hubieran movilizado para evitar la cancelación del Seguro Popular, que afectó a 55 millones de personas. O para impedir el cierre de las Estancias Infantiles, cuya arbitraria eliminación del presupuesto perjudicó a 96% de la población infantil en México.
O para haber impedido los descarados fraudes de las supuestas Consultas Populares de Andrés Manuel López Obrador, para de esta manera, “justificar” la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco (NAIM), que significaba para los mexicanos un factor decisivo de competitividad, empleo, logística de servicios e industria ligera que nos conduciría a una exitosa inserción de México en la economía global, cuyo costo de cancelación por 365 mil millones de pesos, los seguiremos pagando los ciudadanos (a pesar de que AMLO ya no este). Para sustituirlo por la mediocre, inoperante y costosa Central Avionera Felipe Angeles (AIFA).
Si hacemos caso a las encuestas publicadas, observamos aspectos que son muy importantes para la reflexión ciudadana.
Conforme a una encuesta publicada en un medio nacional, de ganar Morena lo hará con el voto mayoritario de grupos poblacionales que se encuentran en los más bajos niveles de estudios del País. Por lo tanto, perderían aquéllos que tienen los niveles medios de estudio con formación académica universitaria.
Es decir, habrán ganado los grupos poblacionales denominados populares, los adultos mayores que son los que tienen el mayor número de subsidios y los beneficiarios de los gubernamentales programas sociales. Habrán perdido las clases medias, en donde la candidata de la Coalición Fuerza y Corazón por México empata y supera a la candidata de Morena.
Por otra parte, de sostenerse los datos proyectados, a pesar de perder la mayoría para la designación del Ejecutivo Federal, habrán votado por la opción del Cambio no menos de 25 millones de ciudadanos que representan la reserva de talento más importante de nuestro País. Aquélla con la cual se puede construir el valor de México en el siglo XXI.
Sí, 25 millones de ciudadanos que de resultar acertados los pronósticos publicados, tendremos que hacer un enorme esfuerzo durante los próximos años para evitar que nuevamente nos marginen de las decisiones trascendentales para México y para los mexicanos. Tomando en cuenta que todavía en nuestro País, el andamiaje político-electoral permite la participación de las minorías.
En ese escenario, deberemos en primer lugar, reclamar nuestro derecho de minorías y organizarnos para ser adecuadamente representados por los partidos políticos que acompañamos en la votación, cuyas dirigencias nacionales no tuvieron la capacidad ni el talento para llevarnos al triunfo, a pesar de que representamos la mayoría del País.
En segundo lugar, tendremos que exigir a los partidos políticos que se transformen para que durante los próximos años den la pelea por nuestros temas y nuestras causas. Que nos conduzcan políticamente, para que aún sin estar en el Poder Ejecutivo Federal, tengamos la organización y representación que permita que se nos reconozca el peso político que representamos, para lo cual tendremos al Poder Legislativo.
Bajo la misma óptica de la encuesta de El Financiero, muy probablemente en el Poder Legislativo no se logren mayorías calificadas. Por lo tanto, de ganar Morena con las mayorías anunciadas, carecería de capacidad política para terminar de destruir nuestras Instituciones.
Sin embargo, esperemos que nuestros liderazgos con talento político como el de Manlio Fabio Beltrones, sí tengan la capacidad para llevar a cabo las negociaciones políticas que nos lleven a construir las opciones institucionales de política pública y los programas necesarios para que no se detenga el desarrollo del País.
De esta manera, podemos observar que tendríamos tres vertientes:
La primera, el papel protagónico que debe tomar la ciudadania organizada.
La segunda los partidos políticos, para que asuman la responsabilidad de los votos obtenidos y nos informen que van a hacer con ellos ¿o acaso se van a hacer tontos como lo han hecho siempre?
Porque hasta ahora se han aprovechado de que la mayoría de los ciudadanos desconocen que al emitir su voto, no solo están empoderando a los partidos políticos. Sino que también les están asignando recursos económicos a través de las prerrogativas. Esto, los obliga a que sin importar si sus candidatos ganen o pierdan, asuman la responsabilidad de representación de los ciudadanos que votaron por ellos, de la cual muy fácilmente los políticos y los partidos políticos se olvidan.
Por eso, hay que obligarlos a que asuman la responsabilidad de los votos que los ciudadanos les otorgamos en las urnas.
La tercera vertiente está en el Legislativo, para que como minorías los liderazgos de las fracciones parlamentarias en la Cámara de Diputados, cumplan con su responsabilidad de representar a los ciudadanos, en el Legislativo Federal y en los Legislativos Locales. Que no se les olvide que ahí, son representantes de los ciudadanos, no de un partido político, y mucho menos del personaje que los designó.
Está en los gobernadores electos quienes independientemente de la filiación partidista de la que provengan, deben asumir la responsabilidad de atender las necesidades especificas de los ciudadanos que votaron por ellos y los llevaron al triunfo. Pero también, atender las de aquéllos que a pesar de haber votado por sus opositores representan igualmente un peso electoral en el ejercicio de los gobiernos locales.
Finalmente, en esta tercera vertiente están también los Municipios y Alcaldías (en el caso de la CDMX). Quienes cuanto antes deberán iniciar un proceso de transformación de la gestión municipal, para que derivado de la cercanía con los ciudadanos y al margen del proceso electoral, propicien y construyan ejercicios democráticos y de gobernanza a través de los medios tecnológicos con una ciudadania hoy más empoderada, para que este presente en la toma de decisiones de los ayuntamientos por la vía de los Cabildos.
En suma, esta elección y sus resultados deben brindarnos la oportunidad de que todo el sistema político se prepare para llevar a cabo cambio profundo.
Porque votar por un candidato o un partido político no significa que estas cediendo tus derechos ¡Al contrario!
Conforme se vaya desarrollando la jornada electoral el día de hoy, sabremos si la sociedad mexicana va a cobrarle a Andrés Manuel López Obrador, o no, el desastre de sus 6 años de gobierno. Porque el nivel de participación tiene esencialmente que ver con la cobranza por los agravios recibidos.
Quienes están con la 4T no tienen ningún incentivo adicional para salir a votar, puesto que les están ofreciendo lo mismo. En cambio, quienes están en contra tienen todos los incentivos para que se vayan. Por lo tanto, si la ciudadania se da cuenta de que en la decisión de movilizarse a las casillas para votar el día de hoy esta de por medio su futuro. Lo van a hacer.
Lo van a hacer, porque es la única oportunidad que el ciudadano tiene de pasar la factura al personaje que en el 2018 les puso enfrente una esperanza, y que a lo largo de mas de 2 mil días fue defraudando la confianza depositada. Porque utilizó los 30 millones de votos que le brindaron para hacer lo que le vino en gana. No entendió el valor que significaba esa confianza. Consideró que lo obtenido era un cheque en blanco, que provenía de lo que López Obrador entiende por Pueblo, y no es así.
La votación con la cual obtuvo el triunfo en el 2018, en realidad era una mezcla donde sin duda había ciudadanos de grupos populares, pero también un número importante de ciudadanos de clases medias. A estos últimos, ya no los tiene. Al contrario. Esos segmentos el día de hoy son los mas resentidos, los más defraudados. Son quienes durante estos 6 años no tuvieron margen para expresar su desencanto. Lo más que hicieron en la elección intermedia del 2021 y en la Consulta para la Revocación de Mandato en 2022 fue retirarle su apoyo de las urnas.
Entonces ¿por que abríamos de pensar que el día de hoy 30 millones de ciudadanos van a refrendarles nuevamente su apoyo?
Porque tú, ciudadano que en el 2018 votaste por AMLO por supuesto que no endosaste tu voto para que se sintiera con la libertad de destruir al País, en aras de una vieja y trasnochada versión del Castrismo de la primera mitad del siglo XX, y que los costos los pagara la sociedad. Tampoco para que los que no le dimos nuestra confianza de todas maneras tuviéramos, además de pagar los costos, que aguantar el desprecio de un personaje que esta muy lejos de ser un digno representante de todos los mexicanos.
El voto de los ciudadanos representa un compromiso. De ninguna manera es solamente un vehículo para que los gerentes y dueños de los partidos políticos los canalicen para la obtención de prerrogativas, por la vía de la franquicia que asumen equivale tu participación.
Las prerrogativas que reciben los partidos políticos derivadas de los votos que obtuvieron, son un recurso de inversión para el ejercicio político. Porque cuando ganan, automáticamente crean un pasivo contigo para gobernar en tu nombre. Cuando pierden, de todas maneras están obligados a responder por tus votos como contrapeso.
Para que ningún gobierno como el de Andrés Manuel López Obrador se pase de listo y sin tomarte en cuenta cancele el Seguro Popular, la Seguridad Pública, los apoyos al Campo, el desarrollo Económico y Tecnológico, por ejemplo.
Hoy, tenemos todos que salir a votar. Pero sobretodo, a exigir que nos rindan cuentas de la Refinería Dos Bocas, porque ahí hay despilfarros de por lo menos 280 mil millones de pesos. Tenemos que salir a exigir cuentas por el Trenecito Maya. Por la falta de Medicamentos, por los miles de muertos por la Pandemia del COVID, por los miles y miles de muertos y desaparecidos por la inseguridad que se vive en nuestro País, entre otras cosas.
Tenemos que salir todos a votar para evitar que el personaje principal de las Mañaneras cómodamente el primero de Octubre se retire en total impunidad a su Rancho, después del desastre que ha provocado a la Nación, bajo la lógica de me retiro me jubilo, me pensiono y ahí les dejo el tiradero para que ustedes lo resuelvan.
Tenemos que comprender que la participación de los ciudadanos, no termina a las 18:00 horas cuando las casillas se cierran y comienza el conteo de los votos.
La verdadera participación de los ciudadanos en realidad comienza en ese momento. Porque al depositar tu voto en la urna estas endosando un cheque, y es tu obligación vigilar el buen uso de la garantía prendaria que estas otorgando. Tu presente, tu futuro y el de tu familia.
Si Andrés Manuel López Obrador piensa que el Pueblo es pasivo, se va a llevar una gran sorpresa, porque no lo es.
Los partidos políticos y los candidatos hoy se van a encontrar con un ciudadano empoderado, con exigencias constantes. Tienen que darse cuenta de que esto ya cambió.
Y no es pregunta.
POR MARTHA GUTIÉRREZ
Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.
@MarthaGtz
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