Desde afuera

Elecciones Dominicanas y Haití

El gobierno de Abinader ha sido exitoso en la economía y se espera que prosiga una política de dureza ante la inmigración de su vecino

Elecciones Dominicanas y Haití
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Luis Abinader ganó fácilmente la reelección en unos comicios que, según especialistas, consolidaron el sitio del Partido Revolucionario Moderno (PRM) como dominante en el panorama político de la República Dominicana.

Su programa es una mezcla de acción económica, al grado que ya se habla del país como un equivalente caribeño de los tigres asiáticos, y labor anticorrupción, así como el uso de sentimientos ultranacionalistas contra la migración haitiana, programas asistenciales y lo que la eminente socióloga dominicana Rosario Espinal, calificó como "empleomanía pública".

Era un triunfo esperado: casi 58% de los votantes optó por Abinader y el PRM, y tal ventaja hizo innecesaria una segunda vuelta.

El gobierno de Abinader ha sido exitoso en la economía, y se espera que prosiga un programa de infraestructura, y una política de dureza ante la inmigración creada por la creciente crisis humanitaria en el vecino Haití, donde las pandillas controlan aproximadamente 80% de la capital y un gobierno de transición lucha por imponer su autoridad. 

La migración haitiana no es un problema nuevo. En su fase más reciente, Abinader aprobó la deportación de 175 mil haitianos en 2023 y también comenzó a construir un muro que eventualmente espera cubrirá los 400 kilómetros de frontera común. De hecho, se trata de la culminación de una política que empezó la década pasada, con una legislación que niega la nacionalidad dominicana a los hijos nacidos de padres indocumentados –léase haitianos– retroactivamente desde 1929.

La medida tiene en parte una explicación histórica. La memoria dominicana mantiene vivo el recuerdo de los 20 años que su país vivió bajo un opresivo régimen haitiano hace dos siglos y los continuos problemas que los dominicanos atribuyen a la migración desde aquel país, poblado casi exclusivamente por descendientes de esclavos africanos. 

Por lo pronto, todo indica que a menos que ocurra algo excepcionalmente grave el PRM dominará tranquilamente una década más. Así ha pasado históricamente, desde la desaparición del régimen de Rafael Leónidas Trujillo, que gobernó el país, directa o indirectamente, de 1930 a 1961, cuando fue asesinado.

Uno de sus colaboradores, Joaquín Balaguer, ocupó la Presidencia siete veces (seis como Presidente constitucional) en lo que fue efectivamente un largo periodo transicional, entre 1961 y 1996. 

En 2004, el Partido de Liberación Dominicana (PLD), a través de su candidato y luego presidente Leonel Fernández, se erigió como el partido dominante hasta 2020, cuando Abinader y el PRM iniciaron su actual dominio.

Más allá, República Dominicana es parte de la Alianza por el Desarrollo en Democracia, con Panamá y Costa Rica, que aspiran a promoverse como destino para inversiones externas a través del nearshoring, o sea la reubicación de plantas industriales de Asia a países cercanos a Estados Unidos.

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                    

@CARRENOJOSE

MAAZ

 

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