Sin intenciones deterministas, debemos remarcar la existencia de dos características principales del neoliberalismo: la animadversión a la regulación del Estado y su enorme corrupción que repercute política y económicamente.
Si bien la corrupción no es exclusiva del neoliberalismo, la misma ha demostrado proliferar por medio de la manipulación de la regulación administrativa y la ambición de legisladores, servidores públicos, jueces, políticos, representantes de la sociedad civil, empresarios, comunicadores, académicos, etcétera.
Como flores en el campo de la ideología tecnocrática, los actos de corrupción proliferaron por la relación de funcionarios con grupos del crimen organizado, la manipulación por parte de jueces de expedientes para beneficio de empresarios, la configuración del Cártel Inmobiliario que vulnera la seguridad patrimonial, la coalición de servidores públicos con empresas del sector salud para encarecer medicamentos o la ejecución de la Estafa Maestra que desfalcó el presupuesto público de universidades.
La eficiencia neoliberal en vulnerar derechos es probada, su preferencia por la supremacía del dinero y los negocios sobre las necesidades humanas también lo es. A pesar de ello, persisten políticos, intelectuales y comunicadores que asumen su agenda y sus discursos para oponerse a todo cambio humanista, con enfoque social y en beneficio de quiénes más lo necesitan.
Dentro del actual proceso electoral por la Presidencia se refleja la posición antihumanista de Xóchitl Gálvez, su agenda política, si es que la tiene, y su organización discursiva se han centrado en atacar a la figura del presidente y a la Coordinadora de la Defensa de la Cuarta Transformación, sin presentar una sola propuesta.
Fuera de sus risas nerviosas, comentarios soeces y mentiras, la aspirante del Frente Amplio por México no ha aclarado al electorado su identificación ideológica; sin embargo, su comportamiento es reflejo de su formación en los partidos de derecha que ejecutaron la agenda neoliberal, así como su participación como funcionaria pública en los gobiernos que desmantelaron al Estado mexicano y entregaron a los poderes hegemónicos el destino del país.
Si los gobiernos del periodo neoliberal hubieran obtenido logros sociales, sería sencillo para la candidata revivir sus propuestas y retomar el rumbo perdido; sin embargo, el fracaso de esos administradores públicos, la vileza de su corrupción y su cinismo como representantes de elección popular muestra de cuerpo entero el servilismo con el que complacen a los poderes de facto.
En otras palabras, los conservadores y neoliberales no tuvieron gobiernos al servicio del pueblo, no tuvieron logros en sus políticas públicas, no tuvieron un gobierno con interés nacional, hoy los conservadores y neoliberales no tienen propuestas.
POR JUAN LUIS FLORES RAMÍREZ
X: @JKUTIDAFUCK
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