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El frágil cese al fuego Líbano-Israel y la reactivación de las movilizaciones en Siria traducen verdades próximas a Latinoamérica

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

El frágil cese al fuego Líbano-Israel y la reactivación de las movilizaciones en Siria traducen verdades próximas a Latinoamérica.

Desde que entró en vigor el alto el fuego en Líbano hace una semana, se han denunciado violaciones, con disparos de artillería, drones y ametralladoras israelíes contra pueblos fronterizos. Según el Ministerio de Salud libanés, 4 mil personas han muerto y alrededor de 16 mil han resultado heridas en ataques israelíes en Líbano desde octubre de 2023. Es claro que el cese el fuego, con mediación estadounidense y francesa, no sólo no supone el fin de la guerra para los libaneses, sino que también representa el comienzo de una nueva fase, que se manifiesta ahora en el noroeste de Siria.

Desde el 27 de noviembre, inició ahí una ofensiva a gran escala liderada por el grupo yihadista Hayat Tahrir el-Sham (HTC) y facciones de oposición al régimen de Bashar al-Asad. El viernes entraron en la segunda ciudad más importante del país, Alepo.

Desde 2012, HTC se consolidó como el principal grupo; está formado por una coalición de grupos insurgentes islamistas suníes con sede en el norte de Siria, pertenecientes a Jabhat al-Nusra (Frente Al-Nusra), la antigua rama de Al Qaeda en Siria. El líder del Frente, Abu Mohammad al-Jolani, rompió con Al Qaeda en 2016 por desacuerdos estratégicos. Posteriormente, en 2017, se fusionó con otros grupos antirégimen en el noroeste de Siria para establecer el HTC.

Sin duda, lo que está ocurriendo en Siria son las secuelas de una guerra interna que nunca terminó, pero, dado el momento de la ofensiva (justo después de que entrara en vigor el cese al fuego Líbano-israelí) y la incesante campaña de Israel contra Irán, algunos también cuestionan un posible papel israelí-estadounidense en la ofensiva actual. En cualquier caso, con la próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, parece que nada obstaculizará los planes israelíes de remodelar la región.

Y es que la ofensiva de HTC se beneficia del debilitamiento de los dos principales patrocinadores del régimen de Damasco: Rusia, atrapada en Ucrania, e Irán, gravemente socavado por Israel. Agotada por la guerra en Ucrania, Moscú no parece capaz de redesplegar tropas en Siria y podría apostar al regreso de Trump al poder para conseguir un acuerdo que garantice sus intereses.

El régimen sirio, que intentó mantenerse al margen de Gaza –incluso traicionando al Hezbolá–, nuevamente se tambalea. Lejos de confirmar que el mundo árabe es atípico, estas realidades ponen el foco en tres verdades inquietantes que comparten muchísimos países del globo en estos tiempos, incluida Latinoamérica: 1) la ilusión de la paz impuesta con las armas y/o desde el exterior; 2) el abismo creciente entre la política y las sociedades, y 3) la tendencia de los grupos sociales a exigir dignidad, más allá de las interrupciones que la violencia impone.

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DEL COLMEX

MAAZ

 

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