En esta semana se cumplieron 50 años de existencia del Instituto Matías Romero, originalmente de Estudios Diplomáticos. Establecido para formar y capacitar a los integrantes del Servicio Exterior Mexicano, a lo largo de su historia ha visto pasar a la totalidad de los integrantes de carrera del SEM y ello sin duda ha contribuido a la profesionalización de sus cuadros y a los resultados que estos regularmente producen.
Conviene destacar que todos quienes integran el SEM, en su rama Diplomática Consular, cuentan al menos con el grado de licenciatura y si bien ese grado no es condición para concursar el ingreso a la rama Técnico Administrativa, esta ha visto igualmente crecer las calificaciones de sus integrantes. Por tanto, quienes ingresan al “Matías” cuentan ya con una sólida formación universitaria que se pone a prueba en el concurso público de ingreso al mismo.
Por ello, el Instituto tiende más a capacitar que a formar y dota a las generaciones de una base de conocimientos comunes que corresponden a la práctica profesional; se les prepara para negociar, gestionar, consolidar sus referentes valórales en materia de la identidad nacional y de nuestro rol en el mundo.
Como en otras profesiones, formación y capacitación no cejan a lo largo de toda la carrera. Hoy en día un nuevo integrante del SEM tiene ante sí una carrera en promedio de 40 años. En esas décadas será transferido un promedio de 10 veces, la mayor de las veces a países distintos. Cada nueva adscripción puede también suponer nuevas tareas. Es tan pequeño el número de integrantes del SEM, apenas 1,040 hoy, que queda poco espacio para la especialización ante “las necesidades del Servicio”.
Así, el Matías ofrece a lo largo del año cursos presenciales y a distancia para apoyar la formación lingüística, prepararse a nuevas tareas, actualizarse tecnológica y analíticamente, en fin, la capacitación constante que se refleja en la competencia meritocratica que da acceso a ascensos en el escalafón a lo largo de la carrera.
En contraste, el personal temporal por designación política recibe encargos por méritos en otros campos y bajo la responsabilidad del titular del Ejecutivo. La ley del SEM indica que deben de llevar cursos en el Instituto previos a su salida. El cumplimiento de esto es relativo y ello se refleja con frecuencia en la acción pública de esas designaciones. En buena medida la labor de los “de carrera” ha devenido en apoyar y consolidar la acción temporal de “los políticos”, lo que cuando se logra genera buenos dividendos. Por el contrario, un mal ambiente entre colegas genera tensiones; una representación en el exterior es un barco que navega lo mismo bajo tormentas que con vientos a favor y solo la tarea en equipo, con un liderazgo seguro y honesto, puede llevar a buen puerto la embarcación.
POR DAVID NÁJERA
EMBAJADOR DE MÉXICO, ACTUALMENTE PRESIDE LA ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO A.C. WWW.ASEMEX.ORG
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