Política y Diplomacia Sostenible

Los BRICS, el dólar y la Cumbre del G20

La hegemonía estadounidense ha promovido las décadas del mayor crecimiento económico que el mundo haya presenciado

Los BRICS, el dólar y la Cumbre del G20
Miguel Ruiz Cabañas / Política y Diplomacia Sostenible / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

El orden mundial liderado por Estados Unidos ha sido abierto y muy benéfico para muchos países. A través de la ONU, facilitó la descolonización de África, Asia y el Caribe. Impulsó la reconstrucción de Europa occidental y Japón. Sus políticas facilitaron el ascenso económico de Taiwán, Corea del Sur y Singapur. Y más recientemente de China, India, Vietnam y otras economías asiáticas. La hegemonía estadounidense ha promovido las décadas del mayor crecimiento económico que el mundo haya presenciado.

Pero mantener una posición hegemónica nunca ha significado que quien la ocupa mantiene dominio total. Si así fuera, no habría cambios en las relaciones de poder entre los países. Eso es lo que ha ocurrido con el ascenso espectacular de China en las últimas décadas. El gigante asiático ha desplazado a Estados Unidos como la primera potencia comercial, y compite con ventaja en el dominio de las tecnologías del siglo XXI, en especial la inteligencia artificial. También está incrementando significativamente su gasto militar. Frente a la decisión de Estados Unidos y sus aliados europeos de mantener a toda costa el control del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, China ha creado bancos con los que compite en el financiamiento de proyectos de infraestructura para países en desarrollo, y ha ampliado su predominio comercial, y eventualmente, estratégico, mediante la adquisición de puertos en todo el mundo.

Como parte de su deseo de ampliar su influencia global, en 2009 China, Rusia, Brasil, India y Sudáfrica formaron los BRICS, con el propósito de hacer un contrapeso a la influencia de Estados Unidos, sus aliados europeos y Japón, el Grupo de los Siete, en la economía mundial. Desde entonces, los BRICS han tomado un peso creciente en la economía y la política mundial. Con las incorporaciones de Arabia Saudita, Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos en enero del presente año, representan casi la mitad de la población mundial y más de un tercio del PIB global. Aunque no sean un bloque muy cohesionado, por las rivalidades que sí existen entre ellos, por ejemplo, entre China e India, los BRICS serán cada vez más un contrapeso al G7. Por eso muchos países están buscando su adhesión a ese grupo. México no tiene porqué formar parte de los BRICS. Somos parte del T-MEC y de América del Norte. Nuestros principales intereses están en nuestra relación económica con Estados Unidos y Canadá.  

Ahora los BRICS, especialmente China y Rusia, han lanzado un esfuerzo para disminuir la preponderancia del dólar como principal moneda de reserva mundial. Aunque ha reducido su peso en los últimos 20 años, con el 58% de las reservas mundiales actualmente, el dólar mantiene la hegemonía en las transacciones financieras y comerciales internacionales, muy por encima del euro (20 por ciento) y otras monedas. No hay duda de que la fortaleza del dólar es uno de los pilares más importantes de la hegemonía de Estados Unidos en el mundo, tanto o más importante que su gasto militar, superior a 800 mil millones de dólares al año, que supera al gasto de los siguientes ocho países juntos. Es incierto hasta donde llegarán los BRICS en esta cruzada. La supremacía del dólar se basa en la confianza que inspira a nivel mundial. Aunque algunos expertos advierten que la creciente deuda de Estados Unidos (superior a 31 trillones de dólares) es un factor de desconfianza, lo cierto es que en momentos de duda e inestabilidad el resto del mundo, incluyendo a los BRICS, corre a comprar dólares y bonos del Tesoro de EUA: sigue siendo la moneda de refugio. Y hasta ahora no hay sustituto.

México también es miembro de pleno derecho del G20, que reúne a las principales economías del mundo, es decir, a las naciones que forman del G7 y de los BRICS. La economía mexicana está fuertemente ligada a la de nuestro vecino del norte. Mantenemos nuestras reservas en dólares. Las inversiones extranjeras, el turismo y las remesas provienen en especial de Estados Unidos. Claro que hay que mantener las mejores relaciones posibles con los BRICS. Pero no podemos compartir su objetivo de destronar al dólar. La estabilidad de nuestra economía y las finanzas del país dependen, en parte, de la fortaleza y estabilidad de esa moneda.

Por lo anterior, hay que darle la bienvenida al anuncio de la presidenta Claudia Sheinbaum de que ella sí asistirá a la próxima Cumbre del G20 en Brasil, presidida por el presidente Lula, con el que su gobierno mantiene simpatía y afinidad. Es un cambio importante en relación con su predecesor. La Agenda de la reunión es relevante, sobre todo la Alianza Global contra la Pobreza y el Hambre y un nuevo impulso a la lucha contra el cambio climático. Pero lo crucial será que la presidenta pueda compartir sus prioridades con los principales líderes del mundo actual y, en encuentros bilaterales, se generen relaciones de cercanía y confianza con algunos de ellos, que pueden ser muy significativas en los próximos seis años.

POR MIGUEL RUIZ CABAÑAS

DIPLOMÁTICO DE CARRERA Y PROFESOR EN EL TEC DE MONTERREY

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