El pasado 25 de noviembre, casi 200 médicos cubanos llegaron al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles para ser distribuidos en 24 entidades de México.
Aunque parece una estrategia para atender la falta de personal médico, encubre una cruda realidad: el uso de trabajadores de la salud cubanos bajo un esquema de trata de personas, denunciado internacionalmente y fomentado por acuerdos opacos entre el gobierno mexicano y el régimen de Díaz-Canel.
La contratación de médicos cubanos se presenta como una medida de cooperación y solidaridad para regiones marginadas, pero detrás de estas declaraciones opera un sistema profundamente explotador.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pagó más de 24 millones de dólares (472 millones de pesos) al régimen cubano por la contratación de 610 médicos, mediante convenios firmados entre julio de 2022 y diciembre de 2023.
Gran parte de este dinero va al régimen, mientras los médicos reciben solo una fracción, convirtiéndose en mercancía para sostener la economía cubana mediante su explotación.
Organismos como la Organización de los Estados Americanos (OEA) han señalado que estas "misiones médicas" constituyen trata de personas. Los médicos no solo son privados de su salario completo, sino también de su libertad. En muchos casos, sus pasaportes son retenidos, son vigilados y enfrentan represalias si intentan abandonar las misiones.
Estas prácticas violan derechos humanos fundamentales, pero el gobierno mexicano ignora las denuncias y las implicaciones éticas de este modelo.
Esta política no responde al desabasto de médicos en el país, sino a la cercanía ideológica del gobierno mexicano con el régimen cubano.
Mientras tanto, miles de médicos mexicanos desempleados enfrentan condiciones laborales precarias y bajos salarios. En lugar de fortalecer el sistema de salud nacional, el gobierno destina recursos a este esquema, violando tanto los derechos de los médicos cubanos como los principios de justicia laboral para los profesionales mexicanos.
La postura internacional es clara: en 2020, el Departamento de Estado de Estados Unidos denunció estas misiones como trabajo forzoso, y múltiples testimonios de desertores revelan condiciones infrahumanas.
Pese a ello, México ignora los señalamientos y perpetúa este modelo de explotación, alineándose con un régimen señalado por violaciones sistemáticas de derechos humanos.
Con esta decisión, el gobierno mexicano se coloca nuevamente del lado incorrecto de la historia. No nos cansaremos de denunciar este hecho a nivel internacional, porque el mundo tiene que saber que las misiones de médicos cubanos son sinónimo de esclavitud moderna que México apoya y, perpetúa.
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POR MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO
Presidenta de la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA)
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