Desde el Norte

Veinte de Noviembre

La Revolución Mexicana dio origen a una tercera etapa de transformación cívica y política, equidistante de los extremos del capitalismo y del socialismo

Veinte de Noviembre
Luis Fernando Salazar / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

La celebración de la Revolución Mexicana de 1910, a raíz de la convocatoria de Francisco I. Madero contenida en el Plan de San Luis, marcó el inicio de la tercera etapa de transformación cívica y política de México, después de la Independencia y la Reforma. El prócer, nacido en la ciudad de Parras de la Fuente, Coahuila, publicó el libro La Elección Presidencial, en el cual urgía poner fin a los treinta años de permanencia de Porfirio Díaz en el poder y promover un relevo político por la vía electoral, bajo la consigna: “Sufragio Efectivo, No Reelección”.

Frente a la resistencia del régimen al cambio pacífico, Madero convocó a la lucha armada, a la que respondieron fuerzas revolucionarias que exigían atender los graves rezagos sociales en temas como las relaciones laborales y la tenencia y explotación de la tierra. Estas demandas buscaban sacar a obreros y campesinos de la marginación en la que los había mantenido el porfiriato. La Revolución Mexicana dio origen a una tercera vía, equidistante de los extremos del capitalismo y del socialismo, y atendió a la dualidad de la naturaleza humana, que ofrece una doble vertiente tanto individual como colectiva.

Aunque Madero ganó las elecciones, la permanencia del Ejército Porfirista y de los “Científicos”, la gran burocracia que rodeaba al dictador, se convirtió en un caldo de cultivo para la traición que llevó al martirio del presidente recién electo. Tras años de lucha y mucha sangre derramada entre los restos del antiguo régimen y las facciones revolucionarias emergentes, el país alcanzó la paz sobre la base de la nueva Constitución de 1917, que recogió los anhelos de libertad individual y de justicia social, logrando un equilibrio entre los derechos humanos de libertad e igualdad.

El esfuerzo por consolidar estos ideales ha requerido adaptar las instituciones modernas a la identidad multiétnica y cultural de nuestra nación, superando, entre otros desafíos, la irrupción del neoliberalismo, que desvió el enfoque hacia lo social. En respuesta a las exigencias de la mayoría de las y los mexicanos, los gobiernos de la Cuarta Transformación han propuesto un cambio de rumbo que garantice el pleno ejercicio de derechos como la libertad de pensamiento, de mercado y de ejercicio profesional, al tiempo que promueva un mejor reparto de la riqueza como base para el desarrollo humano y social.   

La mejor forma de conmemorar el aniversario número 114 del inicio de la Revolución Mexicana es honrar la memoria de los hombres y mujeres que entregaron sus vidas por los ideales de este movimiento armado. Esto implica continuar trabajando para lograr la materialización de esos ideales de libertad y justicia social, traducidos en mejores condiciones de vida para todas y todos los mexicanos, empezando por los más pobres.

POR LUIS FERNANDO SALAZAR

SENADOR DE LA REPÚBLICA POR COAHUILA

@SALAZARLUISFER

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