La historia de integración comercial entre México, Estados Unidos y Canadá que inició con el TLC y hoy continúa con el TMEC, ha tenido buenos resultados. La región en su conjunto es más competitiva y próspera, el comercio y la inversión crecieron exponencialmente y las economías son más interdependientes y complementarias, consolidando cada vez más cadenas de valor bi o trinacionales.
México hoy es el principal socio comercial de Estados Unidos. Parecería que los tres gobiernos buscarían mantener esa dinámica. Sin embargo, decisiones políticas amenazan la continuidad del proceso de integración e incluso, la vigencia del tratado.
En Estados Unidos, Donald Trump anuncia un proceso de revisión del TMEC que puede convertirse en una renegociación o, en un extremo, en el fin del mismo. Sin duda será un gobierno proteccionista y la imposición de aranceles a productos mexicanos probablemente inicie pronto.
Por su parte Trudeau enfrentará una elección complicada en 2025 y ya ha declarado que, aunque lo ideal sería mantener el tratado, las decisiones que ha tomado México lo ponen en riesgo, y que Canadá estaría interesada en un tratado con Estados Unidos, sin nuestra participación.
¿Y nosotros? Poniendo de nuestra parte para terminar con la integración de Norteamérica. Lamentablemente cada día parece un episodio donde el partido oficial trabaja en contra de México.
El tratado nos exige una instancia independiente que garantice la libre competencia, una instancia garante de la transparencia, y condiciones de certeza legal y trato igualitario para las inversiones de nuestros socios. Lejos de mandar señales que generen confianza, el gobierno y sus mayorías en el Congreso han tomado decisiones que directamente contravienen el tratado.
La semana pasada avanzó la reforma para eliminar órganos constitucionales autónomos. Entre ellos: el INAI que facilitaba la transparencia y rendición de cuentas, el IFT y la COFECE que velaban por la libre competencia y los derechos de los usuarios y consumidores, y los reguladores independientes en materia energética.
Esto se suma a la reforma al Poder Judicial que terminará con la independencia e imparcialidad de los jueces. Regresaremos al México del pasado donde la cercanía con la Presidencia será más importante que la objetividad y los criterios técnicos, tiempos de incertidumbre jurídica, opacidad y discrecionalidad.
Podemos esperar un rudo ajuste en las relaciones con Estados Unidos y Canadá. Y un muy difícil horizonte para el TMEC, con consecuencias negativas sobre todo para México. Quizá estemos en la antesala del fin de la visión de América del Norte como un bloque comercial.
CUMULONIMBUS. “Formalmente notificaré mi intención de invocar la cláusula de renegociación del Tratado… arancel es la palabra más bella del mundo”. Donald Trump
POR BOSCO DE LA VEGA
COLABORADOR
@BOSCODELAV
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