El discurso inaugural de la Doctora Claudia Sheinbaum como primera Presidenta de México, fue en su parte más emotiva, un reconocimiento a las mujeres que han construido a nuestra familia, a nuestra sociedad y a nuestra Patria.
Dos siglos y 62 Presidentes hombres pasaron para que una mujer se convirtiera en el símbolo de que se rompieron las barreras, se saltaron los muros, se llegó al liderazgo político más importante y como dice nuestra actual cultura se rompió el techo de cristal.
La llegada de la Doctora Sheinbaum debe impulsar el cambio del sistema patriarcal de nuestra sociedad donde se excluía a las mujeres de los puestos de decisión, debe desafiar los roles tradicionales y debe ser inspiración a las futuras generaciones de mujeres para seguir persiguiendo las posiciones de liderazgo social, político, comunitario y religioso.
La Presidenta, con “A”, que en su discurso pidió que todas las profesiones sean nombradas con “A” aseguró: “solo lo que se nombra existe”. En el mejor momento de su discurso hizo un recuento de roles, espacios y características de las mujeres mexicanas.
Explicó cómo fueron invisibilizadas de la propia historia oficial de México y por primera vez entrelazo la historia de la patria con nombres de hombres y de mujeres. Así de la época de la independencia nombró a Josefa Ortiz de Dominguez y a Leona Vicario; una, la famosa corregidora, la otra, la venerada protectora y financiadora del movimiento. A Margarita Maza, de la época dorada del Liberalismo, Juárez no se entiende sin esta mujer.
De la época revolucionaria a Adela Velarde (la famosa enfermera de la Cruz Blanca); a Dolores Jiménez y Muro (precursora ideológica de la Revolución Mexicana y de los Derechos de la Mujer); a Elvia Carrillo Puerto (primera diputada electa que no entro en funciones ante el asesinato de Felipe Carrillo Puerto) conocida por su activismo como la “Monja roja del Mayab”).
Y ya de tiempos post revolucionarios a nuestro icono del arte y la pintura Frida Kahlo, por decir lo menos, y a Enriqueta Gonzalez Baz la maestra universitaria que fue la primera mujer en titularse como matemática. A partir del 1º de octubre, nuestra historia debe ya contarse con la participación de las mujeres, nunca más podrán ser invisibilizadas.
La historia de Latinoamérica ya tiene también a una nueva protagonista. Trece han sido las mujeres presidentas en Latinoamérica, Claudia Sheinbaum es ya la número 14.
Maria Estela Martinez de Perón en Argentina (1974-1976); Lidia Guelier Tejada en Bolivia (1979-1980); Violeta Barrios de Chamorro en Nicaragua (1990-1997); Ertha Pascal-Trouillot en Haití; (1990-1991) Rosalia Arteaga en Ecuador (1997); Mireya Moscoso en Panamá (1999-2004); Michelle Bachelet en Chile (2006-2010/2014-2018); Cristina Fernandez de Kirchner en Argentina (2007-201 5); Laura Chinchilla en Costa Rica (2010-2014); Dilma Roussef en Brasil (2011-2016); Jeanine Añez en Bolivia (2019-2020); Xiomara Castro en Honduras (2022-actualmente en funciones); Dina Boluarte en Perú (2022-actualmente).
Algunas surgidas de golpes de estado, otras por herencia de los esposos que fueron presidentes, otras por prelación siendo vicepresidentas, algunas más como resultado de la fuerza de sus partidos políticos o de grupos de poder, pero las más importantes han sido las surgidas del voto popular.
Como es el caso mexicano, la Presidenta más votada en la historia de México, 36 millones de votos la legitiman. A esta lista de honor ya pertenece Claudia Sheinbaum.
No solo como información para el lector(a), sino para los que somos creyentes aquí la lista de oración de las mujeres que acompañarán a nuestra Presidenta en la consolidación del liderazgo de las mujeres en el gobierno de México. Rosa Icela Rodriguez, Secretaria de Gobernación; Ariadna Montiel Reyes, Secretaria del Bienestar; Alicia Barcena, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales; Luz Elena Gonzalez, Secretaría de Energía; Raquel Buenrostro, Secretaría de la Función Pública; Edna Elena Vega Rangel, Secretaría de Desarrollo Territorial y Urbano; Claudia Curiel de Icaza, Secretaría de Cultura; Josefina Rodríguez Zamora, Secretaría de Turismo; Ernestina Godoy, Consejera Jurídica de la Presidencia; y las dos Secretarías que están por crearse, Rosaura Ruíz Gutiérrez, Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación; y, finalmente, la Secretaría de las mujeres que encabezará merecidamente Citlalli Hernández. Once mujeres que son científicas algunas, políticas otras, burócratas con mucha experiencia algunas más, luchadoras sociales y profesionales en su materia de diferentes edades y generaciones.
Ellas, tienen la responsabilidad histórica de demostrarnos a los mexicanos la viabilidad del liderazgo femenino en asuntos públicos, por eso debemos orar por ellas.
No puedo dejar de pensar en mi mama. Pienso en ella porque toda la vida como líder en nuestra Iglesia siempre me demostró que, con espíritu de servicio, incluso de sacrificio, se pueden construir liderazgos morales que trascienden la vida de las personas. Nunca entendí en mi infancia porque a la esposa del pastor, la hermana Celia, algunos no le llamaran pastora, cuando muchas veces era ella quien era unía, quien dirigía, quien trabajaba y quien ejecutaba gran parte del trabajo pastoral.
También en mi Iglesia, hoy debemos nombrar a ellas pastoras con “A”, diría la Presidenta. Agradecido con Dios porque mi mamá, en su ancianidad, pudo vivir este momento de ver a una mujer Presidenta.
Doña Juanita, mi madre, es una de esas líderes que hicieron patria formando familia y sirviendo humildemente en su comunidad religiosa. Se que la Presidenta tiene en mi mamá a una mujer que siempre estará orando e intercediendo por ella y por todas las mujeres de su Gabinete. En mi Iglesia les llamamos guerreras, con “A”, “Guerreras de Oración”.
Justo hace un año, el 1º de octubre de 2023 el PES, Partido Encuentro Solidario, le daba su respaldo público en la competencia interna de MORENA, donde había quien dudaba que la Doctora Sheinbaum se alzaría con el triunfo, justo por ese fetichismo machista, “solo un hombre podría ganar la Presidencia”, repetían entusiastas los seguidores de los otros aspirantes.
Después ya en la elección constitucional, las verdaderas feministas que en este país se cuentan por millones, en un acto de sororidad votaban abrumadoramente por Claudia Sheinbaum, acabando con otro mito electoral de que las mujeres no votan por mujeres.
Hoy esas millones de electoras piden a cambio una verdadera agenda feminista que acabe con la cultura patriarcal, combata de frente el machismo ignorante, promueva una agenda ademas de derechos progresistas otros mas básicos y que duelen mucho que tienen que ver con la violencia familiar, la agresión sexual, las desapariciones y los feminicidios que siguen siendo un azote común en nuestra sociedad. Que se castigue a los abusadores y que se camine hacia la igualdad verdadera, sustantiva dice un grupo de ellas, entre los hombres y las mujeres en México.
Fue un gusto escuchar que pronto enviara nuestra Presidenta una reforma constitucional para asegurar la igualdad sustantiva; fue un gusto escuchar que promoverá la ley Olimpia a nivel federal; fue un gusto saber que ira tras los acosadores y violadores que tantas vidas han destruido en nuestro país.
Ojalá también vaya contra todos los acosadores y violentadores en el servicio público. Solo así se entenderá que el tiempo de las mujeres será para bien, pero sobretodo que “con Claudia llegaron todas”. Al final lo tiene en mente y lo dijo en su discurso al referirse al recordar la famosa frase ante el desafuero de AMLO: “hay que esperar el juicio de la historia porque no se olviden que a ustedes y a mi nos juzgara la historia.”
Queremos que ese juicio para la primera mujer Presidenta, sea el mejor, el más importante de nuestra historia para ella y para las mujeres que la acompañan.
POR HUGO ERIC FLORES
DIPUTADO FEDERAL LXVI LEGISLATURA
@HUGOERICFLORES
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