El diablo está en los detalles, reza el dicho popular y, al parecer, hubo pormenores que no lograron plancharse en el acuerdo que se supone había logrado Adán Augusto López con un grupo de ministras y ministros de la Corte.
El arreglo era simple: ocho ministros renunciarían este martes, cancelando con eso la posibilidad de participar en el proceso electoral del próximo año. Su salida, con base en la reforma aprobada, se haría efectiva a finales de agosto de 2025 y todos y todas serían beneficiarios de un haber por retiro.
Ayer sin embargo, el coordinador de Morena en San Lázaro, Ricardo Monreal, y el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, abrieron fuego contra las y los ministros.
Noroña, el más pendenciero, dijo que estaba pensando el Senado (instancia a la que corresponde por ley dar avalar el trámite) si les aceptaba o no las renuncias, porque no están de acuerdo en que los impartidores de justicia se vayan con “las alforjas llenas” de dinero.
La molestia se produjo desde el lunes, porque después de que di a conocer, al medio día, que los ministros presentarían su renuncia, la Corte difundió un proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara en el que propone dar entrada a las controversias contra la Reforma Judicial.
Tenían previsto discutir y votar el documento este jueves, pero su publicación adelantada molestó a los morenistas debido a que en el proyecto dan por buenos los recursos de PAN y PRI contra la elección de jueces y magistrados. Eso motivó la embestida contra los ministros, tanto que, de las ocho renuncias previstas, ayer sólo se hicieron públicas las de Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Con todo esto, no sólo frenaron la publicidad de las renuncias, sino que desde la Corte se dio a conocer que el proyecto de González Alcántara se discutirá hasta el 5 de noviembre. Lo movieron para calmar las aguas.
Pero todo esto hace suponer que nadie respetó el acuerdo inicial: En primera instancia porque se filtró la renuncia y, en segundo, porque los ministros anunciaron que podrían darle entrada a las controversias.
Lo cierto es que el Congreso ganó tiempo para aprobar la denominada “supremacía constitucional”, el paquete de reformas para impedir que se puedan impugnar cambios a la Constitución, como pretenden hacerlo los ministros. En resumen: se trata de un caso que es como para el psiquiatra, me confió un funcionario de la Corte.
El artículo séptimo transitorio de la Reforma Judicial incluye lo del “haber de retiro” en caso de renuncia para los ministros. Y si Morena no está de acuerdo, entonces por qué lo aprobaron.
Más aún. ¿Quién negocia a nombre de quién? Es muy raro que la mayoría apruebe tales disposiciones y luego, al consumarlas, las desconozcan. No hay explicación, me dice la fuente judicial.
Pero pase lo que pase, las ministras Norma Piña y Margarita Ríos Farjat, junto con sus compañeros Alberto Pérez Dayán, Juan Luis González y Javier Laynez están por no entrar al proceso; es decir, junto con Alfredo Gutiérrez y Pardo Rebolledo van por la renuncia anticipada.
El ministro Luis María Aguilar concluye su gestión el próximo 30 de noviembre, mientras que sus colegas Lenia Batres, Loretta Ortiz y Yasmín Esquivel se inscribirán en la elección.
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AMPARADO SEGURAMENTE en la autonomía de gestión, Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, dejó crecer el caso de la niña que sufrió un aborto espontáneo y que está a punto de pisar a la cárcel por una presión inusitada que ejerce el fiscal estatal, Víctor Antonio de Jesús Hernández. Se sabe de los antecedentes conservadores de los panistas, pero estamos ante una pésima gestión de ambos en un caso tan sensible y delicado como éste.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Firmar un acuerdo es fácil; lo difícil es sobrevivir a los ‘términos y condiciones’”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
ALFREDO.GONZALEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
@ALFREDOLEZ
MAAZ