Columna Invitada

De dónde vienen las dificultades

¿Te cuestionas a ti mismo, si esa conducta es correcta o pides opinión a terceros, antes de actuar?

De dónde vienen las dificultades
María Isabel Romero López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

Constantemente escuchamos que las dificultades de la vida reflejan los problemas con nuestros padres, adulto, cuidador o figura de autoridad próxima. Sin embargo, esto sólo es uno de los factores que determinan nuestras conductas, es por ello que requerimos realizar un análisis objetivo de qué o quién motiva nuestras acciones, con el fin de hacernos cargo y responsabilizarnos de nuestro destino. Cuándo vayas a elegir una conducta y decidir, te sugiero que pienses primero si va a beneficiar o perjudicar, tanto a ti como a terceros y reflexiona lo siguiente al tomar una decisión, ¿lo haces eligiendo la conducta que debes o quieres hacer? ¿Te cuestionas a ti mismo, si esa conducta es correcta o pides opinión a terceros, antes de actuar?

Las experiencias pasadas quedan íntimamente ligadas a las acciones. Cuando la repetición es constante, lo que estamos haciendo es dar forma a nuestros hábitos (conductas que repetimos de manera automática). Estos pueden ser emociones, pensamientos, formas de hacer y decir. Las conductas que realizamos dan respuesta a las necesidades cotidianas y guardan relación con nuestra manera de percibir y procesar el mundo. Por ello, considero importante ser consciente del canal de aprendizaje que utilizamos para captar y procesar la información (Kinestésico, visual o auditivo). Este tema lo puedes profundizar en mi libro. Guía de encuentro desde tus raíces. Reconstruye tu historia, la fuente está en ti.

A la hora de analizar tus conductas y su motivación, considera que los factores que las distinguen son su por qué, para qué, con quién, cómo, cuándo, dónde, el efecto que genera en tu organismo, su funcionalidad o disfuncionalidad y, por supuesto, a cuál aspecto de la necesidad prestas tu atención.

Si deseas hacer un cambio en algunos hábitos que no te están permitiendo alcanzar tus propósitos, el primer paso que te sugiero es aceptar la historia tal y como es. Para ello es importante no juzgar lo que fue, acepta que aunque el resultado no haya sido el deseado, se hizo lo que se pudo con los recursos que se tenían. Ofrece y ofrécete comprensión y respeto, acto seguido puedes hacer un plan de actividades en donde contemples pasado, presente y futuro. Lo que quiero decir es que enlistes actividades que hacías y que te causaban satisfacción pero dejaste de hacer, actividades satisfactorias que realizas hoy día y aquellas que has dejado pendiente pero deseas ejecutar. Elige las que consideres apropiadas para tu momento de vida y colócalas en un calendario semanal con el propósito de llevarlas a cabo, establece una meta, objetivo que deseas lograr e imagina la satisfacción que sentirás al llegar ahí.

POR MARÍA ISABEL ROMERO LÓPEZ
MAESTRA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA INTEGRATIVA

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