Columna Invitada

La lucha por nuestra libertad, es la lucha por nuestros derechos

Es necesario trabajar con legisladores para garantizar que las voces de las mujeres migrantes sean escuchadas y sus realidades consideradas

La lucha por nuestra libertad, es la lucha por nuestros derechos
María Elena Orantes López / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Para las mujeres mexicanas en Estados Unidos, la protección de sus derechos es fundamental debido a las diversas realidades que enfrentan. Desde su migración en el siglo XX, han sido pilares en la construcción de comunidades y la economía. Sin embargo, a pesar de su contribución, siguen enfrentando barreras significativas, tanto en el ámbito laboral como en el acceso a servicios esenciales. A menudo ocupan empleos informales con condiciones laborales precarias y, en muchos casos, carecen de seguro médico, lo que les impide acceder a atención preventiva.

La violencia de género es otro grave desafío. Las mujeres migrantes son más vulnerables a la violencia doméstica y, debido a la falta de recursos y servicios de apoyo, muchas veces no pueden acceder a ayuda adecuada. Además, el acceso a la salud mental es limitado, lo que refuerza la necesidad de programas que ofrezcan atención psicológica y espacios seguros para compartir experiencias y recibir apoyo emocional.

Una de las herramientas más poderosas para el empoderamiento de las mujeres es la educación. Es crucial promover programas que informen sobre sus derechos, salud, finanzas y desarrollo personal. En ese sentido, los consulados tienen un papel clave en conectar a las mujeres con organizaciones que ofrecen asistencia legal y servicios en diferentes áreas.

Las alianzas con organizaciones comunitarias son esenciales para crear una red de apoyo que brinde acceso a servicios y fomente la solidaridad. Organizaciones como 50+1 son referentes en la lucha por los derechos de las mujeres, equipándolas con herramientas para promover su desarrollo, así como enfrentar la discriminación y la violencia.

Las políticas públicas inclusivas también son fundamentales. Es necesario trabajar con legisladores para garantizar que las voces de las mujeres migrantes sean escuchadas y sus realidades consideradas en la creación de leyes. Esto incluye fortalecer la legislación contra la violencia de género y promover iniciativas que fomenten la igualdad en el ámbito laboral y educativo.

A pesar de los desafíos, muchas mujeres mexicanas en Estados Unidos han superado barreras y han contribuido significativamente a sus comunidades como empresarias, activistas y líderes. Han creado negocios, promovido cambios en políticas y ofrecido apoyo a otras mujeres en situaciones de vulnerabilidad.

El camino hacia la igualdad de género requiere la colaboración de gobiernos, organizaciones y comunidades, así como la participación activa de las propias mujeres. Juntos podemos construir un futuro en el que los derechos de todas las mujeres sean respetados y protegidos.

MARIA ELENA ORANTES. Cónsul General de México en Houston, presidenta internacional de 50+1 y empresaria mexicana.

POR MARÍA ELENA ORANTES
CÓNSUL GENERAL DE MÉXICO EN HOUSTON

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