Pedro Sánchez, el presidente del gobierno español, está en medio de una ola de tormentas políticas por varios escándalos de corrupción que hacen tambalear su gestión, sobre todo porque siguen saliendo detalles de esas tramas, que han dado tela de donde cortar a la oposición (Vox y PP –Partido Popular–) para exigir su dimisión.
El mal tiempo para Sánchez comenzó tras estallar el escándalo de su esposa Begoña Gómez, después de que un juzgado de Madrid admitiera a trámite una denuncia contra ella por un presunto delito de tráfico de influencias y corrupción en negocios.
Una de las empresas beneficiadas con ayudas públicas es Globalia, propietaria de la aerolínea Air Europa, que recibió una ayuda de 615 millones de euros para evitar la quiebra y que, según una denuncia, desembolsaban más de 16 mil dólares al año, para vuelos en primera clase de la primera dama y sus asesores.
A cargo de la denuncia está Manos Limpias, que dirige el ultraderechista Miguel Bernad, autor de la escandalosa demanda como cooperadora en dos delitos fiscales contra la infanta Cristina de Borbon, hermana del rey Felipe VI.
Pero quizá ese sea el menor de los problemas de Sánchez. Hoy la tormenta recae sobre el Delcygate. El partido ultraderechista Vox ha pedido la reapertura de esa causa donde la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, aterrizó en 2020 (tiempos de pandemia) en el aeropuerto de Barajas, en Madrid.
El asunto es que los funcionarios del gobierno de Venezuela, que encabeza Nicolás Maduro, tenían y tienen vetado el acceso a territorio comunitario por las sanciones de la Unión Europea, pero supuestamente Delcy aterrizó bajo el consentimiento del presidente del gobierno español.
La tormenta es categoría cinco porque la oposición, liderada por los partidos de línea conservadora -el PP y Vox-, ratificó la exigencia para que el presidente Sánchez renuncie por los casos de corrupción que salpican su gestión.
Todo esto luego que la Guardia Civil revelara más elementos en el entramado de corrupción del llamado caso “Koldo” (compra de mascarillas con sobreprecio) en tiempos del COVID-19 en España.
Las ramificaciones de este caso llevan a señalar que el Delcygate va más allá de una simple visita, en un momento en que la vicepresidenta Rodríguez tenía un veto para pisar suelo europeo, en un viaje que habría tenido como objetivo la negociación ilícita de 104 barras de oro.
El PP asegura que “los detalles que se están conociendo” dibujan “una corrupción sistematizada a cuya cabeza se sitúa Pedro Sánchez”, reconocido en la trama como “El 1”, según la oposición.
La presión del PP y Vox se produce después de que la prensa española publicará un informe de la Guardia Civil que sitúa al antiguo hombre de confianza y exministro de Sánchez, José Luis Ábalos, en el centro de un escándalo de corrupción por la compra de mascarillas durante la pandemia.
Para el PP nada de esto es nuevo, pues ellos vivieron también una trama de corrupción con empresarios y cargos públicos pertenecientes al partido de centroderecha, que, entre otras cosas, le costó el cargo en 2018 a Mariano Rajoy como el presidente del gobierno español.
El futuro de Sánchez depende de que se rompa un dique revelador. Le urge aclarar las especulaciones que pesan sobre su gobierno, porque si no, a España le espera una nueva temporada de incertidumbre política.
POR ISRAEL LÓPEZ GUTIÉRREZ
COLABORADOR
@PAPADEPONCHO
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