El INE creado con la reforma de 2014 sobre los cimientos importantes del otrora IFE, ha tenido múltiples pruebas de fuego.
De entrada, desde entonces y antes de las elecciones de 2024, ya registraba la organización de 331 procesos electorales federales, locales y extraordinarios.
La consecuencia de tal magnitud de procesos electivos ha repercutido en la confianza de los actores políticos que compiten en la contienda, es decir, partidos políticos federales y locales, candidatas y candidatos locales emanados de dichas fuerzas políticas y las personas candidatas independientes tienen del INE.
Pero lo más importante para una institución como el INE es el reconocimiento que tiene del principal factor de un sistema democrático: la ciudadanía.
En un estudio realizado Demotáctica en 2023, destaca que entre las instituciones y organizaciones que guardan mayor confianza ciudadana estuvo justamente el INE alcanzando un 60% de la misma.
En mayo de 2024 y ante la elección más grande registrada en nuestro país, el Diario El Financiero publicó los resultados de una Encuesta en donde la población manifestó su confianza en un 56%.
Este nivel de confianza se debe al diseño ideado por el Legislativo clave para la planeación, organización y desarrollo de los procesos electorales federales y locales en México, basado principalmente en la conformación de un Consejo General que representa su máximo órgano de decisión.
Dicho Consejo se integra por las y los consejeros electorales de donde una es su presidenta, así como las representaciones de los partidos políticos y de los órganos legislativos y en él se deliberan de manera pública y abierta, diversos acuerdos fundamentales para la correcta marcha de las elecciones en México; sus decisiones son tomadas con base en la colegialidad que permite la construcción de acuerdos.
Los asuntos más importantes que llegan al Consejo General se trabajan en comisiones que conforman las y los consejeros electorales destacando las comisiones del Registro Federal de Electores, de Organización Electoral, de Capacitación Electoral y Educación Cívica, de Fiscalización, de Quejas y Denuncias, de Prerrogativas y Partidos Políticos, de Igualdad de Género y No Discriminación, entre otras que son de carácter permanente e integra comisiones temporales para temas relacionados con el anteproyecto de presupuesto, y todas las relacionadas con actividades específicas de los procesos electorales.
La esencia de este trabajo es la colegialidad, es decir, las decisiones que en conjunto toman las y los consejeros electorales tomando en cuenta la opinión de las áreas ejecutivas y técnicas del INE y de las representaciones de los partidos políticos.
La colegialidad se ha traducido en el hilo conductor de la política institucional en donde ha prevalecido en ocasiones acuerdos unánimes y en otros, como todo sistema democrático, acuerdos tomados por la mayoría de las y los consejeros electorales.
Esta colegialidad ha permitido, por ejemplo, establecer una planeación que conforma las políticas y programas institucionales que han demostrado tener éxito, la emisión de acuerdos trascendentales para la vida democrática del país, así como analizar los perfiles e idoneidad de las personas que ocuparán las principales carteras institucionales.
No obstante, fue presentado al Senado un “adendum” para otorgar mayores facultades a la presidencia del Consejo General para que nombre directamente a las personas funcionarias de las principales áreas directivas del INE aún y cuando en el texto de la iniciativa presidencial no se contempló.
Esta grave propuesta daría al traste justamente con la colegialidad de una institución que ha demostrado una gran solidez.
La colegialidad es propia de todo sistema democrático. El Congreso de la Unión decide sus principales propuestas de iniciativa de ley, por ejemplo, a través de mayorías, en trabajos de comisiones, en deliberaciones y en la colegialidad de los integrantes de éstas.
En democracia, la colegialidad deliberativa de la ciudadanía permite que, el día de la elección, la ciudadanía decida libremente y de forma mayoritaria por quien ejercer su derecho al voto.
Sería un retroceso acabar con la colegialidad en el INE.
POR FERNANDO DÍAZ NARANJO
COLABORADOR
EEZ