Imagina que un día nos indigna un mundo con 50 millones de personas esclavizadas en el mundo. Como dos veces Australia, como una España entera de esclavos. Y que la mayoría de esas personas son niñas y niños de la edad de tu hija, sobrino o nieto.
Que ese día nos parece que ya es tiempo de parar en seco a esos mafiosos que explotando el cuerpo de esas personas se embolsan unos 150 mil millones de dólares anuales que se reparten entre pandilleros glorificados hasta políticos de cuello blanco que cada tres años piden votos.
Ese buen día alguien, quien sea, siente curiosidad sobre lo que pasa en México a nivel mundial con ese delito que se llama trata de personas y descubre que en el país cada año hay unas 150 mil nuevas víctimas. 17 cada hora. ¿Cómo no ha sido un escándalo esto?
Y ese alguien —estremecido por la indignación— indaga más y se topa con que, a pesar de que hay una ley general antitrata promulgada hace 11 años, no hay albergues suficientes para que esas víctimas se repongan del impacto físico y emocional del delito y que muchas son llevadas a Estados Unidos para ser explotadas, pero no hay coordinación con el país vecino.
Ese alguien, con razón, estaría afligido. Lo primero que pensaría es cómo ignoró por tanto tiempo este drama y, después, dónde encontrar a gente que quiere ayudar.
Ahora, imagina que un buen día abres el periódico o tu navegador y encuentras este texto: se abrió un nuevo centro binacional contra la trata de personas y se necesita gente entre México y Estados Unidos para hacer realidad una serie de acciones contundentes contra este delito.
El centro nació de las conclusiones de la Cumbre Internacional contra la Trata de Personas en Washington D.C. y ya cuenta con el soporte financiero de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC por sus siglas en inglés), así que dinero para el centro no es lo que te pedirá, sino corazón y ganas de ayudar.
Se te convoca a esto: concientización en centros educativos, prevención del delito dentro de las familias, ayudar a alcaldes como Adrián Rubalcava de Cuajimalpa y Fernando Flores de Metepec a combatir los giros negros y motivar a otros alcaldes a tener demarcaciones sin trata, promover la cultura de la denuncia, descriminalizar a las víctimas y lograr que sean los compradores de cuerpos ajenos quienes sean sancionados por crear demanda en este delito atroz que atenta contra la dignidad humana.
Despreócupate si te sientes una persona nueva en el tema. A diferencia de otros espacios, este nuevo lugar será guiado por sobrevivientes, mujeres y hombres que conocen en carne propia este delito y que se han formado en las mejores organizaciones civiles de ambos países para liderar esta causa tan importante.
Ese lugar se llama “CPAC Center for Combating Human Trafficking” y (“CPAC Centro para Combatir Trata de Personas) busca héroes y heroínas como tú.
Imagina, ahora, que esa indignación que sentiste se convierte en esperanza.
POR ROSI OROZCO
@ROSIOROZCO
PAL
