Malos modos

Heroico

Una cinta que muestra cómo los cadetes son sometidos a una violencia sin frenos y a la humillación para formar el carácter

Heroico
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Del ejército sabemos que está a cargo de la seguridad, hace ya tiempo pero más ahora que nunca, y que no ha dejado de cumplir con otras tareas ciertamente elogiables, como intervenir en casos de desastres naturales. Sabemos también que en cambio, como nunca, ahora construye, cuida las aduanas, vacuna, administra aeropuertos y dirige líneas aéreas pagadas con recursos públicos, entre otros negocios.

Finalmente, y mientras se le acumulan nuevas ocupaciones por iniciativa del presidente de los abrazos, no balazos y la fraternidad universal, sabemos desde hace unos días que se va a encargar también de la migración, con lo que México, una democracia, ha dejado en sus manos, total o parcialmente, la salud pública, la lucha contra la delincuencia y el fenómenos migratorio, nada menos.

Eso sabemos de nuestras fuerzas armadas, de las que, por lo demás, sabemos realmente muy poco, porque nuestro ejército, como cualquier otro pero más que muchos, es un microcosmos de fronteras poco permeables, hermético, sujeto a muchas reglas propias y no tantas reglas comunes. 

La introducción, demasiado larga, viene a cuento porque a partir del 21 de septiembre vamos a saber algo más de ese microcosmos. Es el día de estreno de Heroico, una película que ha tenido un recorrido muy feliz en festivales como Sundance, Berlín o Guadalajara y que, si me permiten jugar al profeta, va a pegar con fuerza en cartelera. Lo merece.

Heroico nos cuenta la historia de un cadete muy joven que da sus primeros pasos en el colegio militar. ¿Cómo son esos primeros pasos? Terribles. A él, como a sus compañeros de promoción, le esperan los malos tratos físicos que solo se interrumpen cuando los superiores los someten a una violencia ya sin frenos y la humillación para formar el carácter: la educación en la guerra sin leyes, pues; la pedagogía de la sangre.

Así, la película nos mete a las entrañas mismas del ejército, a sus raíces, de una forma que, evidentemente, va a causar muchas molestias.

Lo hace, además, con talento. David Zonana, conocido por Mano de obra, tiene una virtud no tan infrecuente en el cine nacional y dos que, la verdad, se echan de menos casi siempre. La primera es su buena mano para el realismo. Las otras dos, las que hacen de esta película una rareza afortunada, son, primero, su capacidad para dotar de un suspenso casi insoportable a los 88 minutos de historia y, enseguida, cuadrar un buen elenco de actores, algunos de ellos profesionales, otros ex cadetes dispuestos a revivir su experiencia.

Antes de su estreno, Heroico atrajo ya mucha atención de los medios y del público, que ha visto, millones de veces, el tráiler, liberado hace unos días. Le esperan, si no hay cambios, 500 salas en nuestro país. Una apuesta fuerte que puede y debe ser una apuesta ganadora.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09 

MAAZ

 

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