EN LA RECTA final del proceso electoral en el Estado de México, el PRI no sólo se juega en las elecciones del próximo domingo su permanencia: también su futuro de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Pero también en Morena y en el gobierno de la 4T las cartas están echadas: si no gana contundentemente el Edomex, la principal afectada será la corcholata favorita de Andrés Manuel López Obrador.
Por ello, el gobernador Alfredo del Mazo, y la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, apretaron el acelerador en las dos últimas semanas para crear las percepciones de un empate técnico y una victoria holgada.
Históricamente, la mayor votación en el Edomex se dio en 2011, cuando Eruviel Ávila ganó con poco más de 3 millones de votos; en 2017, Del Mazo, con 2 millones; y antes, en 2005, Enrique Peña, con 1.8 millones.
En este 2023 el gran reto va a ser el abstencionismo, que se estima entre 35 y 50%, de ahí que si la candidata de Va Por México, Alejandra del Moral, quiere ganar, deberá sacar a votar a los apáticos.
Y aquí es donde se ponen a prueba los compromisos del PAN y el PRD, donde el primero, representado por Enrique Vargas, prometió un millón de votos, y el segundo, liderado por Jesús Zambrano, 500 mil.
La fortaleza de la morenista Delfina Gómez está en las zonas más grandes y populares: Ecatepec, donde viven un millón de votantes; Neza, que aporta 800 mil; Chalco, con 600 mil; y Chimalhuacán, con otros 600 mil, donde Del Moral deberá aplicar una estrategia de contención.
Del Mazo lo sabe y calladamente inició, junto con Del Moral, una estrategia para salir lo menos apabullado ahí, mediante el acercamiento con liderazgos sindicales y la disposición de protectores del voto el domingo.
Se ha dispuesto de un presupuesto de unos 75 millones de pesos para dispersar cuatro representantes del PRI en las cerca de 20 mil casillas de votación que se instalarán en todo el estado.
Se apersonarán dos propietarios y dos suplentes, algo así como 80 mil personas en total, que tendrán la responsabilidad de operar como guardianes del voto, sobre todo en esas cuatro demarcaciones.
En paralelo, se han tenido conversaciones con los liderazgos de los sindicatos más influyentes del Edomex: el Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas; el de Maestros al Servicio del Estado, y el de los Trabajadores del Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios.
El primero, que lidera Herminio Cahue, aglutina a aproximadamente 300 mil personas, el segundo, que encabeza Marco Aurelio Carbajal, a cerca de 100 mil, y el tercero, a cargo de Víctor Manuel Magaña, alrededor de 600 mil.
LAS ELECCIONES DEL Edomex serán las más cuidadas de que se tengan memoria. Además de los 80 mil guardianes priístas, cuatro por cada una de las 20 mil casillas que se instalarán, el gobierno del estado, en el ámbito de sus responsabilidades, actuará como coadyuvante de la autoridad electoral. El gobernador Del Mazo facilitará este domingo la presencia de la fuerza pública para evitar prácticas ilegales y disturbios en la jornada electoral, como robo de urnas, amenazas, acarreos, votos dobles, etcétera.
LOS HOMBRES DE las sotanas también estarán muy pendientes del proceso de este domingo. La Iglesia Católica tiene dispuesto ya todo un dispositivo para cuidar las elecciones y denunciar las irregularidades que ocurran en las casillas y alrededor de ellas. El frente lo encabezan el cardenal Felipe Arizmendi y los arzobispos de Toluca, Raúl Gómez González, y el de Tlalnepantla, José Antonio Fernández Hurtado. La batería de prelados que habrá de acompañar la cruzada de defensa del voto la integran los obispos de Atlacomulco, Juan Odilón Martínez García; de Nezahualcóyotl, Héctor Luis Morales Sánchez; de Cuautitlán, Efraín Mendoza Cruz; de Ecatepec, Roberto Domínguez Couttolenc; de Teotihuacán, Guillermo Francisco Escobar Galicia; de Texcoco, Juan Manuel Mancilla Sánchez; del Valle de Chalco, Víctor René Rodríguez Gómez, y de Tenancingo, Carlos Ramírez Rossano.
EN MORENA SABEN que una alta participación reduce la posibilidad de triunfo de Delfina Gómez, por lo que las amenazas están a flor de piel. Hay versiones de que Horacio Duarte, el coordinador de la campaña morenista, amaga con dar a conocer al “Cártel Inmobiliario de Edomex”, que según dice es diez veces más grande que el de la alcaldía panista de Benito Juárez. Amenaza con hacerlo público si priístas y panistas salen a defender y operar el día de las elecciones. El escándalo de propiedades inmobiliarias involucraría al mismísimo gobernador Del Mazo, a la candidata Del Moral; al coordinador de diputados priistas locales, Elías Rescala, y al diputado panista, Anuar Azar. La aplanadora morenista exige vía libre.
TRADICIONALMENTE EL LLAMADO “Corredor Azul”, que es dominado por el PAN, es el más sensible al abstencionismo. Está integrado por Cuautitlán, Tlalnepantla, Atizapán, Naucalpan y Huixquilucan. Es un bastión que representa poco más de 600 mil votos, la gran mayoría clase media que no simpatiza ni con Morena, ni con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Es el otro cinturón antagónico al de Ecatepec, Neza, Chalco y Chimalhuacán. Ahí en ese corredor es donde el líder mexiquense del blanquiazul, Enrique Vargas, comprometió un fuerte apoyo para Alejandra del Moral. Vamos a ver si se da, porque muchos aseguran que el político está molesto, agraviado porque el PRI y el gobierno de Del Mazo no le cumplió los acuerdos para cederle la posición a Alejandra y que por ello en las últimas semanas aplicó una estrategia de “hombros caídos”, cosa que por supuesto niega rotundamente.
OTRO CINTURÓN ESTRATÉGICO es el denominado “norte del estado”, integrado por las comunidades de Temoaya, Jiquipilco, Ixtlahuaca, San Felipe del Progreso y Villa Victoria, es un baluarte priísta, la zona donde están asentadas algunas comunidades otomíes y mazahuas que representan casi 400 mil votos. Otra región clave para Alejandra y Delfina es la colindante con Arcelia, en Guerrero, y Huetamo, en Michoacán, demarcaciones controladas por algunos grupos delictivos como La Familia y el Cártel Jalisco Nueva Generación: Tejupilco, Luvianos y Tlatlaya.
¿Y PRECISAMENTE LA posibilidad de una intromisión del crimen organizado en las elecciones del próximo domingo en el Estado de México es posible?
Lo vimos en los comicios de 2021 en Sinaloa, Michoacán, Guerrero, Colima, Baja California, Baja California Sur, Sonora y Zacatecas, y más recientemente en Tamaulipas y Aguascalientes. Siempre es una posibilidad, aunque en este caso habría el compromiso de no meter las manos.
¿Será que sí?
POR DARÍO CELIS ESTRADA
COLABORADOR
@DARIOCELISE
PAL